Los tiempos en el fútbol van cambiado. La crisis económica por la que atraviesa la mayoría de los equipos los obligó a replantear sus estilos de administración. Los directivos sugirieron a los entrenadores que hurgaran en sus categorías menores y dieran espacios a los jóvenes, tal como hace Independiente del Valle.
En esta época no se pueden traer refuerzos foráneos con contratos millonarios que sean ganchos para llenar estadios y sustenten los propósitos de ganar los títulos.
Los clubes de la serie A tienen un déficit que supera los USD 50 millones, acumulado desde hace más de 10 años.
Los técnicos están obligados a buscar en sus canteras. Una muestra es lo que ha pasado este año. Pese a que se derogó la norma obligatoria que un juvenil jugara 45 minutos en cada cotejo, han actuado 54 menores de 20 años en 10 de los 12 clubes. De ese grupo, algunos se han sostenido en los equipos titulares; otros son alternantes.
Sin embargo, esa muestra es un paso importante en los equipos que se resistían a reestructurar sus plantillas. Ojalá que los entrenadores mantengan ese propósito, para que sigan apareciendo nuevos talentos en el fútbol local. Lástima que la frágil legislación deportiva que existe en el país sea un contraste.