Nathaly Caldas, por octava vez, e Iván Enderica, por undécima vez, muestran los trofeos que ganaron el sábado en el cruce al lago San Pablo, en Imbabura. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Por un momento pensó que se le escapaba la victoria. Iván Enderica sumó ayer (sábado 8 de septiembre del 2018) el undécimo triunfo en la travesía al lago San Pablo e igualó el récord de Gregory Fuentes.
“Agoté todas mis fuerzas porque en los tramos finales pensé que mi primo me iba a dar alcance. Llegué agotado”, reveló Iván, que ganó el duelo contra Esteban Enderica.
Junto a Miguel Armijos, los primos lideraron la travesía desde el inicio de la competencia, al pie del Taita Imbabura. Esteban lucía fuerte y tomó el primer lugar, entre los 800 y 1 500 metros de la competencia. Pero luego vino lo inesperado. Esteban y Miguel se desorientaron y se desviaron a la derecha.
Iván empezó a seguirlos, pero se fijó muy bien en el bote guía. “Empleé todas mis fuerzas y me despegué de ellos. Fui en dirección al bote guía”, contó.
Su ritmo de brazadas lo marcó en 65 minutos. Iván llegó a sacar hasta 100 metros de ventaja a sus perseguidores, que se dieron cuenta del error y volvieron a la dirección correcta.
“La experiencia de 12 participaciones en el lago me ayudó a orientarme, porque llegué hasta pensar que los botes de la organización me estaban perjudicando”, dijo Iván. Llegó a la meta y levantó sus brazos en señal de victoria.
En el muelle, ya cuando tomó un té caliente, y mientras se retiraba las cremas y la grasa que se colocan los nadadores para hacer frente al frío, dijo que “si me preocupé, sobre todo en la parte final, cuando Esteban descontó la ventaja”.
Esteban reconoció su error, pero no dejó de felicitar a su primo. “Fue muy dura y complicada la travesía, desde el 2015 que no venía al San Pablo. Así son las competencias, hay que aprender, pero la rivalidad se quedó en el agua, somos familia”.
Esteban viene de ganar la medalla de oro en los Juegos Sudamericanos de Cochabamba. Además, compite en el Circuito Mundial, donde está en el ‘Top 10’. “El año pasado tuve que someterme a una intervención quirúrgica. Este año estoy retornando a la competencia, ya todo quedó superado”.
Miguel Armijos, de 22 años, compañero de entrenamiento de Iván Enderica, fue el tercero en llegar. “Cada año lo intento, me desgasto, pero vencerlos no es fácil. Ellos ya se conocen de memoria el lago”, dijo con algo de frustración.
La hazaña de los tres azuayos tuvo una cuarta protagonista, Nathaly Caldas, quien ganó la travesía en la rama femenina. “Es mi octavo triunfo”, dijo la ingeniera en Contabilidad.
Desde los 5 años nada. Es múltiple campeona nacional, campeona sudamericana y el próximo mes espera conseguir su cupo a los Juegos Panamericanos. “Es siempre hermoso representar al país a nivel internacional”.
Ella se entrena en el club de los hermanos Enderica, junto a Esteban y a Juan Francisco, en Cuenca.
En los últimos 10 años, la travesía del San Pablo se torna azuaya por la presencia de un centenar de nadadores de esa provincia y sus triunfos en las principales categorías.
Este año también participó Elizabeth Bravo, la triatleta olímpica que se recupera de una caída que sufrió hace un mes, durante un entrenamiento en bicicleta.