En el fútbol no existen verdades absolutas. Quienes presumen de sabios terminan haciendo el ridículo cuando sus profecías no se cumplen.
El seleccionador Gustavo Quinteros, cosecha tempestades mediáticas tras sus imprudentes declaraciones generalizando la ignorancia de quienes le cuestionan y la sabiduría de quienes le apoyan. Para Quinteros el caos táctico de Ecuador ante Brasil no es para preocuparse. “Todo está bien muchachos…” fue su conclusión.
Las palabras equilibrio y autocrítica no existen en el diccionario del argentino. Para él no es problema alinear tres goleadores alterando sus ubicaciones habituales, ni tampoco marginar a quienes atraviesan brillantes momentos a cambio de poner a otros
que ni siquiera son titulares en sus equipos. Sus sabios dictámenes no recompusieron la defensa cuando un marcador de punta fue expulsado. Jugaba ante Brasil y por esa banda actuaba Neymar. Pamplinas, habrá dicho el seleccionador.
A Quinteros tampoco le funciona el sentido de realidad. Vio otro partido, según él, Ecuador hizo un partidazo a Brasil y el 3-0 fue accidental.
Si la Tri no trae puntos de Lima y no le gana a Chile en Quito comenzará a quedarse del tren del Mundial de Rusia. Así lo entienden integrantes del directorio de la FEF quienes ya fijaron plazos para Quinteros.
Es preferible pertenecer al famoso 98 % de ignorantes futbolísticos (teoría de Quinteros sobre el periodismo deportivo) a poseer la sapiencia del argentino. Al parecer sus teoremas no los entiende nadie, incluidos los jugadores de la Tri. Ojalá ante Perú se cambie el rumbo. Que Quinteros archive su arrogancia porque la soberbia pasa facturas.