Gabriel Solá, el primer remero olímpico

Gabriel Solá se entrena en el muelle de la escuela de remo, a orillas del estero Salado, en Guayaquil. Su entrenador es el cubano Ulises Léndez. Foto: Cortesía Ministerio del Deporte

Gabriel Solá se entrena en el muelle de la escuela de remo, a orillas del estero Salado, en Guayaquil. Su entrenador es el cubano Ulises Léndez. Foto: Cortesía Ministerio del Deporte

Gabriel Solá se entrena en el muelle de la escuela de remo, a orillas del estero Salado, en Guayaquil. Su entrenador es el cubano Ulises Léndez. Foto: Cortesía Ministerio del Deporte

Se siente orgulloso por ser el primer remero ecuatoriano en participar en unos Juegos Olímpicos. Gabriel Solá Zambrano agradece a Dios por darle la oportunidad de representar al país en Río de Janeiro, entre el 5 y 21 de agosto próximos.

Constante, serio para entrenarse, con buena técnica y resistencia aeróbica. Es el mejor remero de Ecuador. “Sobresale en el remate, en los últimos 50 metros de la competencia es capaz de rebasar a cualquier rival”, así lo define su entrenador, el cubano Ulises Léndez.


El adiestrador caribeño, quien lo formó desde los 17 años, insiste que no falta a los entrenamientos si no es por una causa grave. Por esa constancia diaria, los resultados han sido progresivos desde el 2014. Para seguir su carrera ascendente espera contar con una nueva embarcación (bote y palas).
Según Pablo Salavarría, presidente de la Federación Ecuatoriana de Remo (FER), es un hecho histórico lo realizado por Solá en 70 años de historia de este deporte en el país.

Él está consciente que para la superación del deportista se necesita un bote olímpico, cuya fabricación en Alemania cuesta entre USD 8 000 y 9 000.
Para buscar apoyo, Salavarría, el remero guayaquileño de 24 años y su técnico se reunieron con representantes del Ministerio del Deporte y del Comité Olímpico Ecuatoriano.

Allí hicieron conocer las necesidades prioritarias para la preparación antes de viajar a Río de Janeiro.
La idea inicial de Solá y Léndez era entrenarse en Europa. Sin embargo, ellos reconocen que deberán buscar otras alternativas ante la situación económica que vive el país tras el terremoto. 
El seleccionado se alista en el muelle de la escuela de remo, a orillas del estero Salado, en Guayaquil.

Hasta ese escenario llegó hace siete años, guiado por su padre, Gabriel Solá Vargas. Allí conoció a Léndez, quien le enseñó desde cómo subirse al bote hasta cómo remar. “Gracias a él alcancé el cupo olímpico”, dice el guayaquileño. 
En su hoja de vida destacan la medalla de bronce en los Juegos Bolivarianos del 2009 y la presea de plata en los Bolivarianos de Playa que se realizaron en el 2014.


El año pasado participó en el Campeonato Mundial de Perú, donde terminó 18.
Está satisfecho porque, en la actualidad, sus hermanos menores: Alan (17 años) y Cristian (16) también practican su deporte favorito. El menor de los tres, con dos años de entrenamiento, ya es el segundo remero del país en la categoría élite.

Alan es quinto, después de Tito Caiza (Sénior) y Juan Galea (Juvenil).
Antes de incursionar en el remo, Gabriel practicó natación desde los seis años. Pero no alcanzó ningún éxito importante, porque “se me hizo complicado”. Se entrenaba en el club Emelec y sus pruebas favoritas eran los 50 y 200 metros pecho.

El nadador azuayo Esteban Enderica, quien tiene su edad, no lo recuerda.
Para lograr el cupo a los Juegos Olímpicos, Solá debía ubicarse entre los seis mejores del Preolímpico que se realizó el mes pasado en Chile. Terminó octavo, pero se benefició porque solo un bote se clasifica por país. Los remeros de Brasil no ocuparon el cupo por ser anfitriones y los chilenos optaron por dobles, descartando la modalidad individual. Entonces escaló al sexto lugar.


La Federació-n Internacional de Remo (FISA, por su nombre en inglés) oficializó su clasificación con una carta enviada a la FER y al COE. “Después de la decisión de clasificación de otra Federación Nacional, tengo el placer de confirmar que su Federación calificó un bote para los Juegos Olímpicos Río 2016…”, señala Matt Smith, director ejecutivo de la FISA para confirmar su participación olímpica.

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