El entrenador de la Selección española Vicente del Bosque, se emplea a fondo para no perder la armonía de ‘La Roja’ antes del amistoso contra Chile el viernes y el clasificatorio para la Eurocopa 2012 frente a Liechtenstein el martes, tras los últimos incidentes en la Supercopa de España.
A mediados de agosto, la victoria del FC Barcelona sobre el Real Madrid (2-2; 3-2), que culminó en una fuerte riña entre jugadores de los dos equipos en el partido de vuelta, volvió a hacer resurgir el temor a la disensión entre madridistas y barcelonistas en el seno de la Roja. La polémica se alargó en los días siguientes con el enfrentamiento entre el técnico blanco, José Mourinho, y el segundo entrenador azulgrana, Tito Vilanova, y las acusaciones cruzadas de jugadores.
Así parecían darse todos los elementos para que temblara el seleccionador español, cuyo conjunto se basa principalmente en ambos conjuntos, como muestra que en la final del Mundial 2010 que ganó España, de los once titulares 7 eran barcelonistas y 3 del Real Madrid. Para añadir más leña al fuego, el centrocampista del Málaga Santi Cazorla aseguró que “la situación en la selección es límite”, antes de rectificar asegurando que “se formó demasiado jaleo para nada. Es un tema olvidado. El ambiente no peligra, siempre ha habido un gran ambiente”.
Aunque ello no impidió que Del Bosque, que se sigue manteniendo alerta para mantener la armonía en su grupo, mostrará una pequeña brizna de preocupación al asegurar que “puede llegar un día en el que nos preguntemos para qué hicimos tantas bobadas y tonterías.” Y es que Del Bosque es un convencido de que “las buenas relaciones son básicas para conseguir los éxitos deportivos”.
Las dos figuras de la Roja se encargaron así de apartar cualquier peligro, en una acción aprobada por el resto de jugadores, como Sergio Ramos, quien aseguró que “conocemos muy bien a Iker, es nuestro capitán y su gesto estuvo bastante bien”. El jugador del Real Madrid, que también ha sido en ocasiones protagonista de las tensiones con el Barça, se mostró en cambio tranquilo respecto a la convivencia: “nunca va a haber ningún problema porque hay un ambiente totalmente sano, somos chavales jóvenes con mucha ilusión de conseguir cosas nuevas”.
“Además, tenemos un Mundial y una Eurocopa por delante en tres, cuatro años y hay que aprovechar este equipo que somos porque sería una pena desperdiciar esta generación. Las tonterías se quedan en el campo”, insistió el lateral derecho.
Así, por ahora, los superiores objetivos de la selección parecen haber borrado las eventuales tensiones entre los dos grandes clubes españoles, aunque habrá que ver si ese temido espectro no vuelve a resurgir tras el próximo clásico a principios de diciembre.