Luis Small estuvo siempre convencido que Adrián Sornoza competiría en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Desde hace meses, el técnico cubano repetía “está cerca, está cerca”, cada vez que conversaba sobre el entrenamiento del deportista de 19 años que el domingo logró la clasificación con 16,89 metros en el salto triple. Con eso, el manabita alcanzó la marca B.
“Gracias a Dios cumplimos con el objetivo y descansaremos quizás hasta hoy para retornar a Quito y continuar las prácticas”, reconoció el cubano que ayer se encontraba en Portoviejo.
Ambos, entrenador y deportista, dejaron a sus familias en Manabí para poder prepararse con rigor en la capital. El cubano, quien está en el país desde el 2005, se alejó de su esposa y dos hijos. “A los tres meses que vuelvo para verlos”, se sinceró, vía telefónica.
Sornoza no solo dejó a sus padres y a su hermana mayor en la parroquia Abdón Calderón de Portoviejo. También se retiró del colegio y espera graduarse después de la cita de Londres.
En la actualidad, el saltador vive en un departamento cerca de Los Chasquis. Ese lugar lo comparte con su guía deportivo, quien le sugirió que dejara las pruebas de 800 y 1 500, por el salto triple.
Sornoza, quien al llegar a la capital el año pasado vivió unos meses con el también atleta Franklin Nazareno, recordó que el técnico cubano le dijo que tendría mejores oportunidades en el salto triple, disciplina que requiere de potencia y fuerza en las piernas para alcanzar la mayor distancia en tres saltos consecutivos.
“Ahora que hemos conseguido clasificar, espero ganar experiencia en Londres y así llegar más fuerte a los Juegos de Brasil 2016”, subrayó el atleta.
Small siempre dijo que el gran objetivo de Sornoza eran los juegos del 2016. Sin embargo, por las marcas de su pupilo, la posibilidad de llegar a Londres siempre estuvo latente. Ahora, la meta será ubicarse entre los 16 mejores del mundo en la cita planetaria.