El técnico del Independiente, Carlos Sevilla lució nervioso en todo el partido. En cada arremetida del Manta se desesperaba y reclamaba con gritos a sus jugadores. Al final, el equipo ganó, suspiró y felicitó a los futbolistas.
El triunfo (1-0) fue un impulso de ánimo para los negriazules, que ocupaban el último lugar en la tabla de la segunda etapa. Este resultado les permite resucitar y reanimarse. Con siete puntos y 12 fechas por jugar, todavía pueden obtener un cupo a Copa Libertadores y a la final del torneo. Esa fue la promesa que les hizo Sevilla a los hinchas del cuadro de Sangolquí al inicio del año.
El Independiente tuvo una mala actuación en la primera parte, pero gracias a la gestión del mediocampo tuvo un pilar para obtener una trabajada victoria.
Corría el minuto 74, cuando un centro de Oña fue receptado de cabeza por Felipe Adao, quien colocó la pelota al fondo de las mallas. Todo era una fiesta para los 700 aficionados del Independiente, presentes en el recinto deportivo de Sangolquí.