La luna llena trajo sorpresas. La de ayer iluminó un triunfo espectacular de Deportivo Quito, que por fin ganó un cotejo oficial en el año. ¡Y qué victoria!, goleando por 3- 0 a Vélez Sarsfield, que está entre los 10 mejores clubes del mundo, luego de un primer tiempo que lucía descorazonador.
El primer gol chulla fue obra de Matías Alustiza, por la vía del penal, al minuto 45+2, luego de que el juez vio que el ‘Chavo’ fue empujado en el área de la visita.
El segundo fue de Fidel Martínez, al 47, de cabeza, en un reinicio arrollador de los chullas en la segunda parte. Luis Fernando Saritama, al 71, puso el 3-0 que deja en carrera al campeón de Ecuador en la Copa Libertadores.
Fue clave que, luego de 45 minutos impresentables del Quito en el Atahualpa, llegó un gol casi milagroso. Vélez había dominado el medio campo y estuvo cerca de anotar en dos ocasiones claras.
Pero en los adicionales apareció el de siempre, Matías Alustiza, que recibió un balón largo, le ganó la posición al corpulento zaguero Sebastián Domínguez, recibió un empujón y cayó en el área. Penal. Sí, penal, y uno muy ingenuo, justo cuando Vélez manejaba los tiempos a placer.
El mismo Alustiza convirtió desde el manchón y, de repente, borró todo lo malo que mostró el cuadro de Carlos Ischia. Fue un gol psicológico. Desató la euforia en las 9 849 personas pagaron su boleto, para una recaudación de USD 60 560. Y, lo más importante, dio paso a la esperanza.
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Fue más increíble y devastador para los de Liniers que Fidel Martínez pusiera el 2-0 a los dos minutos de reiniciado el cotejo. Peinó, sin marca, una pelota que no lucía tan complicada de un centro que no parecía envenenado, pero que el meta Barovero nunca supo cómo reaccionar.
El primer tiempo ante Vélez fue un resumen, muy cruel, de lo que ha sido la campaña de este año de la ‘AKD’. Los azulgranas tuvieron más tiempo la pelota pero no lograron generar disparos contra la meta de Marcelo Barovero.
Al primer minuto, Matías Alustiza probó desde afuera con un remate ligeramente desviado, lo más peligroso que pudieron mostrar los locales hasta el penal.
Hubo intentos, todos fallidos. Al minuto16, Juan Carlos Paredes llegó tarde a un balón en el área de Barovero. Al 35, Martínez no llegó a un centro de Alustiza, en un nuevo ejemplo que no es el desbordante cuchillo del año anterior. Ahora solo tiene chispazos. Saritama lanzaba centros a los que no llegaba nadie.
Los muchachos de Ischia mostraron empuje pero también descoordinación, sobre todo en la entrega de la pelota. Para colmo, los arietes Alustiza y Maximiliano Bevacqua fueron absorbidos por los centrales de la visita.
Bevacqua estuvo particularmente fatal, sin capacidad para hilvanar las jugadas con Alustiza y Martínez, y demostrando demasiada ansiedad, prueba de que su larga sequía de goles lo tiene desesperado.
En ese naufragio vino la jugada del penal y cambió la historia, pues el Quito se creció y Vélez se hundió. ¿Qué pasó? Quizás tuvo que ver la entrega de los chullas, que la pelearon todas aunque no salía nada al principio.
Quizás fue el amor propio de verse en el penúltimo lugar de la Serie A, un sitio indigno para el campeón. A lo mejor fue la táctica. O quizás fue la luna.
Para el segundo tiempo, Bevacqua no volvió. Ischia dio paso a Freddy Olivo, volante con oficio que entró para recomponer la batalla en el medio campo, que la estaban perdiendo Luis Fernando Saritama, que venía de una cirugía, y Álex Bolaños.
La ‘AKD’ tuvo más equilibrio y también más arrestos físicos que los argentinos, que prácticamente acabaron el cotejo caminando, con los brazos en forma de jarra, consumidos por el ritmo que el Quito impuso en el tramo final.
Fidel Martínez ahora sí los desbordaba y hasta hacía esas gambetas del año anterior. El gol de Saritama fue un cierre de lujo, para un resultado esperanzador. El Quito venció a un equipo que ganó 3-0 sus dos duelos anteriores de Copa y que va segundo en el torneo argentino.
Con esto, los chullas sumaron 4 puntos y están segundos en el grupo 7 de la Libertadores, que encabezan los argentinos de Vélez con 6 puntos. El 22 de marzo será la revancha en Buenos Aires.