Juega poco fútbol. Cuida sus rodillas, evita esas fricciones que se generan durante los choques. Suele hacerlo ocasionalmente, solo cuando se reúne con otros exseleccionados, que lo inquietan.
Así transcurre la vida de Agustín Delgado. Pasa más tiempo en Ibarra, donde se afincó tras el retiro del fútbol, con su familia y sus hijas. Allí sale a trotar -afirma- o a hacer bicicleta, casi todos los días.
Es la manera que ha adoptado para mantenerse bien físicamente. Parece que no le pasan los años, se lo han dicho decenas de personas que se le cruzan. Se ríe (a carcajadas) y afirma: “Hay que cuidarse”.
Aún suele levantarse de la cama con esa adrenalina de años pasados, pensando en partidos, pero se da cuenta que ya está retirado. Esa energía que genera el fútbol la ha ido reemplazando con diferentes actividades: organiza campeonatos infantojuveniles y entrena a chicos de 6 hasta 14 años.
Cuando era futbolista activo evitaba mencionar el nombre de su equipo favorito, en el que soñó jugar siendo un niño. Ahora, a sus 47 años, lo dice sin rubor: “Soy del Barcelona. Allí me trataron bien, sufrí, lloré, reí y fui feliz”. Lo dijo en una entrevista en la Casa de la Selección, el pasado miércoles.
¿Cómo ve a la Selección?
Es ‘defensor a muerte’ de la Selección nacional. Es de pelearse y ponerse a debatir con cualquier persona en cualquier espacio.
Por muchos años fue el goleador histórico de la Tricolor, con sus 31 anotaciones, pero Énner Valencia lo pasó (tiene 34). Eso es lo de menos para él, porque valora lo que ha hecho la nueva generación de jugadores con el entrenador
Gustavo Alfaro.
Admira la picardía del futbolista Gonzalo Plata, la solvencia de Piero Hincapié, Moisés Caicedo, Pervis Estupiñán… Afirma que “ellos aún no tienen techo y hay que respaldarlos”.
Los jugadores de la actual generación llegan al fútbol profesional con una centena de partidos, desde las divisiones infantiles y juveniles, lo que da gran respaldo a sus carreras. Eso le agrada al ‘Tin’ y ve un futuro halagador que beneficiará al fútbol del país.
“Con los actuales futbolistas jugamos las eliminatorias y la próxima y tal vez otra más”, reflexiona.
Su tesis se respalda porque en su época no había esa cantidad de partidos que tienen ahora los futbolistas profesionales.
Admiración por el ‘Tin’
En la Casa de la Selección es un imán. Lo ven y se le acercan. Cruzó palabras con Ángel Mena, Alexander Domínguez, Byron Castillo, Félix Torres…, los que permanecen concentrados para ir al Mundial. Observa una postal gigante suya que esta frente a la cancha principal de entrenamientos. Se emociona, ríe, se toma fotografías.
Han pasado tantos años desde que se fundó ese lugar, pero nunca ha dormido allí. Días atrás también asistió a un almuerzo con la plantilla de la Sub-17. Allí, Rodrigo Espinosa, presidente de la Comisión de Selecciones, lo invitó a un almuerzo con los juveniles. El dirigente cuenta que los chicos conocían cada detalle de la vida del ‘Tin’, sus cualidades para anotar y moverse en una cancha. “Lo miraban, casi, con la boca abierta”.
Defiende a Énner
El ‘Tin’ también vivió las marejadas de cuestionamientos, similares a las que recibe Énner. Él lo defiende y exhorta a que se haga una crítica objetiva, con argumentos. “Hay que valorar los esfuerzos que realiza un deportista. La crítica tiene que ser constructiva. Y esa tiene que nacer desde las personas que hacen opinión, pero con argumentos válidos”, afirma.
“Énner es valioso. Es el goleador de la Selección, que apoyó con goles y nos dio una clasificación. Hay mucha crítica contra él y no debe ser así”, asegura.
El ‘Tin’ cree que él se hubiera adaptado fácilmente a jugar con Énner y Felipe Caicedo Le agrada la proyección que tiene la actual generación de futbolistas. “Uno necesita sentirse abrigado. Hay que darle confianza al jugador”.
Nunca ha sido partidario de que se especule sobre las alineaciones que suelen exponer algunos periodistas antes de un partido.
El tiempo perdido
El ‘Tin’ reconoce que los dirigentes que antes presidieron la Ecuafútbol no aprovecharon las clasificaciones mundialistas para impulsar el desarrollo del fútbol del país.
Por lo que pide a la dirigencia que se mantenga la misma línea de trabajo con el DT Gustavo Alfaro. “Hay que retenerlo, porque de lo contrario es empezar desde cero y eso sería un retraso”.
Por eso valora que la actual dirigencia, presidida por Francisco Egas, haya reunido a las tres generaciones de seleccionados que alcanzaron las clasificaciones a los mundiales de 2002, 2006 y 2014.
“Eso fue inolvidable, porque era la primera vez que nos reuníamos a conversar y éramos reconocidos por lo que logramos. Las anteriores administraciones no lo hicieron, pasábamos inadvertidos”, finaliza el exseleccionado.
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