La designación de un hombre de confianza de la presidenta Dilma Rousseff en el comité organizador de la Copa del Mundo de 2014 era inevitable para evitar un “colapso” del torneo y acelerará los preparativos, estimaron el miércoles analistas deportivos.
La FIFA anunció el martes en Zúrich que el gobierno y la entidad pasarán a tener cada uno un representante en el Comité Organizador Local (COL) del Mundial, integrado hasta entonces sólo por el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), José María Marín, y los ex astros Ronaldo y Bebeto.
Brasil prevé gastar millones de dólares en la construcción y modernización de estadios, aeropuertos, rutas y transporte público para el Mundial, pero analistas señalan que las obras están atrasadas.
La FIFA teme que algunos estadios -incluido el mítico Maracaná de Rio, donde se jugará la final- no estén listos para la Copa de Confederaciones de junio de 2013, considerada una suerte de test del torneo.
La decisión de la FIFA y del gobierno de Rousseff de asumir el control de la organización de la Copa del Mundo fue tomada “porque percibieron que no tiene sentido que quien paga la cuenta no tenga voz en el COL”, dijo a la AFP Juca Kfouri, analista deportivo del diario O Estado de Sao Paulo.
El hombre del gobierno a cargo de los preparativos del Mundial será Luis Fernandes, un ex profesor universitario -experto en el sistema financiero de la extinta Unión Soviética- y secretario ejecutivo del Ministerio de Deportes.
“Con Fernandes, se espera mucha cosa. Alguien que, al final, debe preocuparse con la inversión de dinero público”, apuntó Kfouri.
Fernandes “es un hombre de confianza de la presidenta Dilma” y será “el nuevo sheriff del Mundial”, estimó el diario O Globo. “CBF & Cia. se tornaron figuras decorativas”, afirmó.
A casi un año de la Copa Confederaciones y poco más de dos años para el Mundial, “si esto no ocurría, la organización hubiera entrado en colapso”, indicó a la AFP el experto en fútbol Marcos Guterman.
“El COL será ahora semi-estatal, y ya no hay dudas (para la FIFA) de que habrá una estructura para bancar política y económicamente la organización de la Copa”, explicó.
Es la segunda vez en la historia que un gobierno ingresa en la organización de una Copa del Mundo de fútbol. La primera vez fue en el último Mundial de Sudáfrica 2010.
“Brasil es una potencia emergente pero es un país pobre, con problemas económicos profundos, y la FIFA tiene un nivel de exigencia grande. La Copa tiene que ser hecha con criterios universales y Brasil no está en condiciones de hacerla si el gobierno no entra en la organización”, sostuvo Guterman.
Según el experto, la presencia del gobierno en el COL garantiza que “se van a acelerar las obras” y que habrá un plan para alojar a las delegaciones, para transportarlas y para hacer frente a los enormes problemas de logística que plantean los viajes domésticos de millones de turistas en Brasil, un gigantesco país que tendrá 12 ciudades sedes del torneo.
Durante la reunión celebrada el martes en Zurich, se decidió también que Marco Polo del Nero, representante de Brasil en la FIFA, también pase a integrar el COL, y que el comité y la FIFA se reúnan cada seis a ocho semanas hasta 2014.
El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, aclaró asimismo que los únicos interlocutores serán el ministro de Deportes, Aldo Rebelo, y el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke.
Su anuncio sella la paz entre Brasil y Valcke, quien provocó la ira del país al afirmar hace unos meses que Brasil precisaba “una patada…” para acelerar los preparativos de la Copa del Mundo y que Brasil parecía más preocupado por ganar el torneo que por organizarlo.
El Senado brasileño se aprestaba a votar finalmente en la noche de este miércoles el proyecto de ley general de la Copa, exigido por la FIFA desde 2007, que autoriza la venta de cerveza en los estadios durante el Mundial. El proyecto, que ya fue aprobado por la Cámara de Diputados, debe ser sancionado por Rousseff tras su aprobación en el Congreso.