El futbolista español Miguel García, quien el último domingo sufrió una paro cardiaco durante un partido, no volverá a jugar de manera profesional, según informaron ayer los médicos que lo tratan.
García, de 31 años, sufrió un desvanecimiento durante el partido entre Salamanca y Betis, de la Segunda categoría española.
Tras la rápida intervención de los médicos de ambos clubes, se consiguió que recuperara el conocimiento, después de que “durante 25 segundos estuviera muerto”, como afirmó uno de los médicos del Salamanca, José Ignacio Garrido.
Baltasar Sánchez, director deportivo del Salamanca, explicó ayer que le han tratado de “hacer ver” al jugador que “después de lo que se vivió en el estadio Helmántico, que no pueda volver a jugar es lo menos malo”. La primera reacción de García al conocer la noticia de que no podrá volver a jugar a fútbol fue de “dolor, pero con resignación”, según han indicado fuentes sanitarias.
Cuando el centrocampista llegó al Hospital Clínico de Salamanca, tras el incidente, se comprobó que el origen del desvanecimiento fue un infarto. Pasó la noche en la unidad de cuidados intensivos y su evolución ha sido positiva tras salir de peligro.
Otros jugadores no han tenido tanta suerte. Es el caso de Antonio Puerta, del Sevilla, quien se desmayó el 28 de agosto de 2007 en un partido ante el Getafe. Puerta falleció tres días después.
En ese mismo año, Rubén de la Red, del Real Madrid, también cayó en medio de un partido. Al ex madridista le prohibieron jugar, al igual que a García.
Otros casos son los de Dani Jarque, capitán del Espanyol, quien murió el 8 de agosto del 2009 a causa de un problema cardiaco mientras su equipo realizaba la pretemporada en Italia.
Sergio Sánchez no ha podido jugar en el Sevilla porque los médicos le encontraron una anomalía y fue operado en Hamburgo. En septiembre, Jordi Pitarque, del Reus, falleció por una parada cardiorrespiratoria en su domicilio.