Luis Chiriboga se sacó un peso al no renovar el contrato al entrenador Reinaldo Rueda. Lo hizo más por estrategia y para evitarse críticas de los aficionados y periodistas. Esa maniobra, a su vez, lo obliga a replantearse propósitos con la Selección de mayores.
El modelo colombiano -desde 1999, con Hernán ‘Bolillo’ Gómez-, que le dio las tres clasificaciones a mundiales, se agotó, incluido el estilo de administración de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF).
Por eso es necesario probar con otras metodologías de trabajo, en la cancha y en el manejo grupal de futbolistas, en las que no haya estrategias consecuentes para satisfacer económicamente a grupos de futbolistas.
Ahora es necesario migrar a otras culturas, más influyentes, que sostengan en el futuro una línea acorde con lo que hagan los clubes de fútbol del país.
Es incoherente trabajar aisladamente, tal como lo ha hecho la FEF. Esa época de imponer políticas y doctrinas, que se volvió un búmeran, es insostenible. Y allí también encaja la Selección, la cual se ha sostenido con los jugadores que han sido promovidos por los equipos, en su momento.
En esta ocasión, el interinazgo de Sixto Vizuete le hará bien al fútbol en el resto del año. El ecuatoriano está consciente de que está de paso en ese cargo, por lo que propuso dar espacios a futbolistas con mayores ambiciones, que no estén pensando en el dinero ni en imponerse, tal como sucedió en las últimas dos selecciones que se clasificaron a los mundiales.
El cambio de estilo en la Tri también deberá tener la participación de los dirigentes de los clubes. Solo así se podrá sostener.
Ahora ya no basta solo clasificarse a un Mundial. Es necesario ser ambicioso y proponerse otros retos y darle un giro al manejo del fútbol en el país.