60 años atrás el estadio de El Ejido, donde ahora se encuentra el parque de El Arbolito, en el centro norte de la capital ecuatoriana, fue el escenario del inicio a los campeonatos nacionales de fútbol en Ecuador.
60 años atrás el estadio de El Ejido, donde ahora se encuentra el parque de El Arbolito, en el centro norte de la capital ecuatoriana, fue el escenario del inicio a los campeonatos nacionales de fútbol en Ecuador.
Aquella recordada cancha recibió el domingo 10 noviembre de 1957 a los jugadores del Deportivo Quito y del Barcelona SC, entre quienes se encontraba Ernesto Guerra Galarza que a los 12 minutos de juego tuvo la fortuna de anotar el primer gol de los torneos ecuatorianos. Aquel encuentro finalizó con el triunfo 2-1 de los chullas sobre los canarios, en un certamen disputado también por Aucas y Emelec y que al final consagró al ‘Bombillo’ como primer campeón.
Desde entonces, en 59 torneos oficiales en el país, se han conseguido cerca de 31800 goles, una cifra que se incrementa cada semana en la Serie A.
El ‘Trompudo’ Guerra, un hombre de fútbol que logró títulos como jugador y como técnico, acudió hasta el icónico parque quiteño, recurrente punto de encuentro en manifestaciones políticas y sociales, para recordar aquellos años del fútbol por el amor al equipo, con balones de cuero y “zapatos Pichurca Cruz de 25 Sucres”.
“En la cancha de El Arbolito jugamos tantas veces con ese estilo nostálgico y sentimental del fútbol amateur. De ese primer tanto ante Barcelona recuerdo que dominé el balón con la pierna derecha y pateé con la izquierda”, dijo el exfutbolista azulgrana al rememorar aquel partido de hace seis décadas.
Para el escritor Raúl Pérez Torres, un apasionado por la Liga de Quito, “la meta de jugar al fútbol, de hacer la poesía con la pelota, es meter el gol”. Por eso él admira a los futbolistas diferentes, aquellos que consiguen anotaciones de maneras impensadas como el argentino Lionel Messi. “La poesía que tiene Messi no la tiene nadie. Es una poesía diferente con la pelota, con su cuerpo, con su gestualidad que me parece extraordinario”, dijo el actual Ministro de Cultura.
Pérez Torres también extraña aquel fútbol de antaño donde “estaba presente el amor por un equipo. Antes, los jugadores se morían con una camiseta. Ahora se ha vuelto muy comercial y el mercado ha entrado a copar las expectativas del futbolista”.
A pesar de aquellos cambios, el balompié sigue siendo una actividad que apasiona a las nuevas generaciones de aficionados, quienes al igual que hace 60 años siguen ávidas por gritar los goles.