Alfredo Encalada. Habló sobre la formación de los jugadores en las categorías formativas. Eduardo Terán/ EL COMERCIO
Alfredo Encalada, entrenador y exasistente de la Selección de Ecuador, habla de la formación de los jugadores, desde las categorías formativas.
También de las falencias que acarrean los futbolistas con experiencia. Su balance es positivo sobre la presencia de los futbolistas juveniles en los equipos de Primera.
¿Ese número de cotejos es suficiente para que un jugador asuma la titularidad en la Tricolor?
Un jugador menor de 21 años debe llegar con un mínimo de 40 partidos oficiales. En el año 1991 teníamos en la Selección a jugadores sub 17 y sub 20 que nunca habían jugado con un equipo. Creo que la experiencia que ahora poseen los juveniles les da éxito a seleccionadores como Sixto Vizuete.
Entonces, ¿ayudó la normativa impuesta por la Federación Ecuatoriana de Fútbol – 2009- de obligar a los clubes a poner un juvenil en cancha, al menos, durante los primeros 45 minutos en el equipo de Primera?
Para mí, ese fue uno de los logros más importantes. Aquello se inició en la época de Galo Roggiero. Este tema se trató cuando llegó Dusan Draskovic al país y felizmente fue entendido por el dirigente ecuatoriano.
¿Qué es lo que decía el estratega montenegrino?
Con Draskovic se hablaba de la necesidad e importancia de que los juveniles tengan una gran cantidad de partidos, como parte de su formación. Inicialmente, los juveniles no tenían un tiempo para mostrarse, entonces los técnicos llegaban al punto de hacerlos jugar uno o dos minutos. Eso era doloroso.
¿Cómo se escogía antes a los jugadores de Selección nacional?
En la época de Galo Roggiero se realizaron campamentos para reclutar a los jugadores y llevarlos a la Selección. Desde 1989 hasta 1998, fue la Tricolor la que abasteció a los clubes
de futbolistas. Yo, que llegué a la Selección en el año 1991,
por ejemplo, fui quien descubrió a Walter Ayoví. Él jugaba en Rocafuerte.
¿Y jugar 40 partidos garantiza un juvenil con excelentes cualidades?
Por supuesto que no. En el país existe un problema de fondo y es que los jugadores no tienen una formación completa. Aparecen juveniles que en el equipo de Primera muestran taras. Eso se evidencia también en jugadores con experiencia. Otras veces, así como aparecen los juveniles, también desaparecen. Eso pasó en Liga de Quito, por ejemplo.
¿Aquello se da por la sola necesidad del estratega de cumplir con el reglamento?
Por eso y por la falta de inversión de los clubes en las categorías formativas. Los clubes compiten con estas categorías solo por obligación, porque tienen que hacerlo. Pero no existe un verdadero interés por formar jugadores. Entonces, los juveniles que presentan los equipos son jugadores que con 16 o 17 años llegan de equipos de Segunda categoría, de fútbol amateur o de academias que los forman artesanalmente.
¿Qué sugiere para cambiar esa realidad?
Los directivos deben tomar conciencia de la importancia que tiene la formación de jugadores desde los 8 años. No se debe tomar a la ligera y pensar solamente en el momento que vive el equipo de Primera categoría. Las categorías formativas deben contar con gente preparada, con metodología. No basta con ser exjugador.
¿En qué consiste ese proceso de formación?
De los 8 a los 11 años un jugador aprende fútbol de forma lúdica. En ese lapso, los niños desarrollan ciertas destrezas, necesarias para su proceso de formación. De los 12 a los 14, en cambio, aprende las técnicas básicas del juego, sus fundamentos… A partir de los 15 se entrenan y, posteriormente, compiten. Como esto no sucede el país, los jugadores se saltan procesos que a la larga los perjudica.
¿Qué jugadores se han saltado esos procesos?
Ahora mismo no se me viene a la cabeza un nombre en específico. Pero no creo que exista un jugador que haya cumplido con todo el proceso.
¿Ni siquiera Antonio Valencia?
Él es un jugador diferente, que llegó temprano al fútbol de alto nivel. Pero por lo que conté, Valencia es un jugador de
la élite, pero no de la super-élite. A mi criterio, a él le faltó esa etapa formativa, donde pudo desarrollar la definición, algo que no tiene.
¿Eso también sucede con jugadores internacionales?
Claro que sí. Neymar es un ejemplo de eso. En el Mundial brilló en el partido frente a Croacia, pero frente a México no se supo nada de él. Lo contrario sucede con Lionel Messi, que recibió formación desde que era un niño.
¿Existe un país en América Latina que esté trabajando correctamente con las categorías formativas?
Creo que Colombia y Brasil. De Argentina salen jugadores al exterior, pero porque hay muchos. En Europa, Barcelona, de España, es un verdadero ejemplo. En ese equipo forman a los jugadores con una característica de juego que los distingue de los otros equipos.