Fabián Bustos, el técnico del Quito, se cubrió con un paraguas al inicio del encuentro. Pero al final del partido, terminó sin sombrilla y sin chaqueta. Algo similar ocurrió con los aficionados.
Ellos se cubrieron con ponchos de agua y paraguas porque en la primera parte del partido cayó la lluvia en el estadio Atahualpa. Al inicio de la segunda etapa, el aguacero desapareció.
Eso sí, al final del cotejo la lluvia volvió a aparecer. Sin embargo, los técnicos y los aficionados no se preocuparon porque los últimos minutos fueron intensos en la cancha del estadio Atahualpa.
Por ello, los hinchas del Quito y Emelec se quedaron al final del partido para ver a sus ídolos y entonar cánticos y coros.