El derrumbe parcial del estadio Itaquerao promete ser uno de los temas que se abordarán en los corrillos de la ceremonia del sorteo de los grupos del Mundial 2014 que se realizará el viernes en el nordeste brasileño.
Fuentes de la FIFA dejaron trascender que en las paradisíacas playas de Costa de Sauípe, donde será el sorteo, se analizará si se confirma al estadio Itaquerao de Sao Paulo como escenario del partido inaugural del Mundial, el 12 de junio de 2014, o se escogerá otro escenario cuya construcción esté concluida, como el Maracaná de Río de Janeiro o el Mané Garrincha de Brasilia.
Entre las numerosas especulaciones generadas esta semana en el mundo deportivo y político tras el accidente en Sao Paulo, una plantea que la decisión final sobre dónde se jugará el primer partido, podría ser tema de conversación entre la presidenta Dilma Rousseff y el titular de la FIFA, Joseph Blatter, en la playa del estado de Bahía.
Hasta el momento no se anunció oficialmente si Rousseff estará en la ceremonia, pero se considera probable que lo haga debido a una serie de antecedentes.
En 2011, la mandataria participó del sorteo preliminar de la Copa realizado en en Rio de Janeiro y en junio de este año asistió al partido inaugural de la Copa de las Confederaciones en Brasilia, donde fue abucheada.
Dilma no es aficionada al fútbol como su predecesor Lula da Silva y ha delegado varios temas del Mundial en el ministro de Deportes, Aldo Rebelo.
Pero ha demostrado tener pulso fuerte a la hora de tomar decisiones importantes, como en marzo de 2012, cuando hizo valer su peso para provocar la salida del entonces titular de la Confederación Brasileña de Futbol (CBF) , Ricardo Teixeira, que aspiraba ser el sucesor de Blatter en la FIFA.
En ese sentido, algunos diarios brasileños escribieron que la semana próxima los dirigentes europeos que viajen a Costa de Sauípe, Brasil, también se enredarán en cabildeos sobre quién se postulará para reemplazar al dirigente suizo en la presidencia de la entidad matriz del fútbol mundial.