Recuerda con mucho cariño su participación en el Mundial Corea-Japón 2002, no solo porque fue el primero para el país y anotó el gol del primer triunfo del país en un evento de ese tipo, sino porque lo ve como la culminación de un trabajo y el sueño cumplido que tuvo toda la vida.
Confía en la capacidad de los integrantes del actual combinado nacional y espera una buena participación ecuatoriana en Qatar 2022.
¿Cómo recuerda el gol ante Croacia, el primero de Ecuador en un triunfo mundialista?
Mis recuerdos tienen que ver con la inauguración del Mundial (Corea-Japon 2002), de haber jugado con Italia nuestro primer partido, de la emoción del Himno Nacional. Lo que más recuerdo son esas cosas. Además de la espectacular organización y la ansiedad que sentía por enfrentarnos a un excampeón del mundo (Italia), que se decía era de los mejores. Más que el gol, me vienen esos recuerdos; de los ecuatorianos que estaban pendientes de nuestra participación.
¿Tal vez el instante del gol fue una reacción automática y no dejó huella en su memoria?
Primero, yo le había dicho a mi esposa medio en broma que iba a hacer un gol y le iba a dar un triunfo a Ecuador. Y recuerdo cuando entramos al camerino y estábamos ahí antes del partido, que se acercó Milton Rodríguez, que era el preparador de arqueros, y me dijo: “Tocayo (ambos tienen Vicente como segundo nombre), usted va a hacer el gol del triunfo”. Le respondí: “Le creo tocayo y si yo marco un gol, vengo y le beso en la frente”. Por eso lo hice después del gol.
¿Se da cuenta que es un gol histórico, que nadie puede reemplazarlo?
Pienso que Dios me dio la oportunidad de estar en ese momento. Lo valoro muchísimo. La verdad es que en la pandemia aprendí a ver mis goles. Recién empecé a entender lo que se dice: cómo llegué, cómo rematé. Pero antes no veía los partidos, no veía mis goles. Entonces, uno dice: “¿en realidad fui yo quien marcó el gol?” Como que uno no cree. Van pasando los años, uno tiene hijos y ahí uno va entendiendo la magnitud de lo que pasó y no solo ese gol ante Croacia, sino también el gol del Champions con el PSV, el triunfo ante Brasil por primera vez. Un montón de cosas que van llegando con el tiempo.
¿Esas emociones pueden equiparase quizás… al nacimiento de un primer hijo?
No, no tiene nada que ver. Los hijos son los hijos y son lo más importante en nuestra vida, igual que la familia. Pero esto de jugar un mundial es una alegría enorme; el premio que recibe uno como futbolista luego de jugar tanto tiempo y, sobre todo, el primer mundial. A mí, ni el segundo ni el tercero me llenan tanto de orgullo como el primer mundial. Para mí, ese fue el momento más especial de toda mi carrera futbolística.
¿Hay nervios antes del debut?
Primero hay que entender que nosotros no teníamos la experiencia que tienen estos chicos de haber jugado en Europa, de estar en grandes equipos reconocidos en las grandes ligas, como (Piero) Hincapié, como (Moisés) Caicedo, Pervis (Estupiñán) y muchos más. Ellos tienen mayor recorrido en comparación al nuestro. Entonces, hablar de Italia, Croacia, era hablar de cosas mayores. Son dos momentos diferentes. Los chicos tienen mucha más experiencia ahora que Ulises (de la Cruz), Agustín (Delgado); jugábamos en México, en Ecuador. Hoy tienen recorrido. Pero jugar un mundial equivale a las ligas mayores. Y el primer partido te desconcentra mucho por la ansiedad que tienes de jugar; piensas en qué estará pensando el país, quieres hacer lo mejor.
¿Cómo vivieron la primera convocatoria a un mundial?
Mire cómo cambian las cosas. En ese tiempo no se usaba tanto Internet, era muy limitado; no es como hoy, con las redes sociales, que incluso uno se entera minutos antes de que se anuncie. En ese entonces, la lista la esperamos en un hotel. Recuerdo que el primer mundial estábamos en Guayaquil esperando 30 jugadores para ver cuáles eran los 23 que iban a ir. Recuerdo que estábamos en una sala y nos decían nombre por nombre. Imagínese la emoción. Son cosas y detalles que van cambiando. Ahora, uno se entera por redes sociales, Twitter, Instagram. Antes recibíamos la lista nombre a nombre, sentados. Y era una alegría para unos y tristeza para otros.
¿Quienes sí fueron tomados en cuenta celebraron?
No se podía celebrar mucho porque había compañeros que no estuvieron en esa lista y no valía la pena mostrarse, al menos abiertamente. Pero sí había alegría de saber que se iba a cumplir el sueño de jugar un mundial. Y cuando llamamos a nuestras familias era una alegría enorme.
¿Qué les dice a los chicos de hoy que llevan una racha sin anotar?
Que sigan trabajando. Mucha gente que está en fútbol, que hemos jugado, entendemos que el gol no solo depende del delantero. Hay jugadores que pasan por sequías, pero no es el caso de Énner (Valencia), si no, no marcaría en su club (el Fenerbahçe). Más bien, hay que acomodarlo mejor, para que pueda tener más posibilidades de rematar frente al arco. Pero yo creo que Ecuador está muy bien y le tengo mucha fe a este equipo. Y si no fue en las eliminatorias, en los amistosos, Ecuador va a marcar en el mundial.
¿Cuál es su pálpito?
Lo único que puedo decir es que apoyo 100% a los chicos. Me siento orgulloso de tener una camada tan joven como la que tenemos, que hace posible que haya tres, cuatro eliminatorias juntos. El apoyo total para cada uno. Estamos conscientes que esto es un mundial y hay grandes selecciones, pero tenemos la confianza de que haremos un buen torneo.
Visita nuestros portales: