El Nacional no conocía la derrota desde el 23 de junio pasado. Ese día, Liga Deportiva Universitaria superó al cuadro de Carlos Sevilla por 1-0, en el estadio Casa Blanca.
La racha de imbatibilidad del cuadro criollo, que se extendió por ocho encuentros, tuvo su final este sábado, cuando el Manta se aprovechó de un error defensivo para marcar el único gol en la portería de Adrián Bone.
Fue Elio Lastra quien puso un centro llovido al área. Antes de que Luis Miguel Escalada o Gabriel Méndez arriben al encuentro con la pelota, el zaguero Dennis Quiñónez apareció para interceptar, pero con mala suerte, pues tocó el esférico que fue a morir dentro de su propia portería.
Corría entonces el minuto 64. A partir de este acontecimiento, el cuadro militar chocó con su impotencia, no tuvo la misma intensidad ofensiva que ofreció cuando buscaba ponerse en ventaja.
Con Méndez como principal generador de juego, poniendo dentro del campo de juego sus virtudes de jugador pícaro, diferente e imprevisible, el Manta tuvo un rendimiento irregular.
Al parecer, el argentino no se logra entender a la perfección con Luis Miguel Escalada, la principal carta de gol manabita, en vista de que el jugador de mejor instinto frente al arco rival, Christian Márquez, tiene presencia irregular debido a las expulsiones.
Mientras, El Nacional tuvo a Marwin Pinta en el mismo nivel que ha venido mostrando durante esta segunda fase, asumiendo el liderazgo del equipo en la cancha, marcando los tiempos desde el medio sector en forma reiterada.
Tras el encuentro, Carlos Sevilla reflejó en sus palabras la realidad de lo sucedido en la cancha. Para el DT rojo, “las distracciones fueron claves” para irse derrotado.
“Fue un desentendimiento el que produjo el gol”, explicó el adiestrador, quien señaló que la zona izquierda del bloque defensivo fue la más vulnerable a lo largo del encuentro.
“Tenemos que hablar mucho el primer día de regreso a las prácticas”, fue la advertencia del imbabureño, quien hoy retornó a la rutina habitual de entrenamientos en Tumbaco.
El partido se jugó sin público, debido a una sanción disciplinaria que pesa sobre el Manta.