El partido de ayer reflejó la realidad que vive el Deportivo Quito. El club chulla igualó 0-0 con Liga de Loja, con poco público en las gradas del Atahualpa y sin argumentos para vencer al rival.
El día empezó mal para el actual campeón ecuatoriano. Los jugadores, como protesta, decidieron no concentrarse para este partido y recién se juntaron dos horas antes del cotejo. Dejaron sus vehículos en el complejo de Carcelén y llegaron al estadio en el bus de la institución. El DT Rubén Darío Insúa, en cambio, arribó al escenario en su vehículo.
El estratega no pudo contar con los lesionados Juan Carlos Paredes ni Luis Saritama. Paredes fue claro al justificar la actitud de sus compañeros de no concentrar. “Fue una decisión de todos”. Y solo sonrío cuando le consultaron sobre lo que debe el club al plantel de futbolistas (tres quincenas y premios del año pasado).
En la cancha, Deportivo Quito fue un equipo sin ideas, sin alma ni espíritu combativo. Eso molestó a los escasos hinchas que llegaron al estadio (1 744 aficionados pagaron su boleto, unos 50 de ellos fueron seguidores de Liga), quienes silbaron y repudiaron con gritos cuando el plantel salía lentamente de su área.
Encima, el Quito se encontró con un rival que esta temporada se ha caracterizado por su orden de local y visitante. Incluso, los dirigidos por Paúl Vélez estuvieron a punto de llevarse la victoria. Su goleador, Fabio Renato, erró un penal en el segundo tiempo.
“No quiero hablar de otra cosa que no sea del partido. En cuanto a lo futbolístico, los errores en definición nos están costando. En los dos últimos partidos creamos 16 opciones y no concretamos una”, justificó Insúa en la conferencia de prensa.
El DT argentino no quiso analizar la labor de los refuerzos foráneos que llegaron al club en esta segunda etapa (Sebastián Rusculleda, Gonzalo Lorca y Mauro Vila). Ellos estuvieron ayer en la cancha y su aporte fue nulo. Ni de la situación económica del club.
Lo que sí es evidente, es que Insúa procura afrontar el torneo local y la Copa Sudamericana con el plantel que tiene a su cargo. Este lo armó a principio de año el presidente Fernando Mantilla y el DT Carlos Ischia.
Mantilla, así como tuvo aciertos durante su administración en la temporada pasada, ahora cometió errores que le están pasando factura. Tras un malentendido con Ischia, el 14 de mayo, contrató al chileno Nelson Acosta para depurar la nómina. Y con la venia del DT, fichó a los foráneos.
Es decir, el Quito acumuló componentes que le harían perder su corona. El propósito de llegar a una nueva final parece lejano. Ahora, al parecer, la lucha se enfocará en salvar la categoría.
Esa búsqueda de una nueva identidad tomará tiempo. Ante la ‘U’ lojana se vio un nuevo esquema de 3-5-2, diferente al que usaron Ischia y Acosta (4-4-2). El nuevo reto será la revancha este jueves contra León de Huánuco, en Lima, por la Copa Sudamericana. Mientras que de la parte económica, Mantilla tendrá que buscar una solución en estos días.