El empresario colombiano Javier Bustamante, convenció a Manuel Cotera para que se pruebe en El Nacional, pese a sus 32 años. Incluso, durante la semana pasada, lo trasladó al complejo de Tumbaco en su camioneta Ford.
El experimentado futbolista llegó al complejo de Tumbaco en busca de una oportunidad, ante la mirada del técnico uruguayo Mario Saralegui. El pasado lunes y el miércoles, en el cuadro rojo se realizaron pruebas para juveniles y jugadores que desean integrar el equipo en el 2011.
Cotera, de 32 años, militó esta temporada en el Técnico Universitario, de la Serie B, luego de haber jugado en clubes como Liga de Portoviejo, Espoli, Aucas, Macará, El Nacional y Barcelona ¿Por qué un jugador con esta trayectoria en el fútbol necesita rendir una prueba? “Tengo opciones de jugar en la Serie B, pero quiero seguir en la A. Cuando Javier (Bustamante) me avisó de la oportunidad, no lo dudé”, contó el delantero
Antes de aceptar la idea de su representante, Cotera consultó con su esposa, María Carabalí. “Ella me apoyó de inmediato. Realmente es penoso apelar a estas oportunidades con mi experiencia, pero tenía una revancha conmigo mismo, porque me fue mal en este club”, agregó el ariete.
Su única preparación se concentró en trotes en el parque La Carolina, en el norte de Quito, y en ejercicios en un gimnasio.
Saralegui aún no ha tomado una decisión. Sin embargo, para el agente Bustamante será complicado que el jugador se quede en el plantel militar. Él arengó a Cotera estos días desde las gradas como si se tratara de un padre de familia atrás de su hijo,
“Es muy difícil, tendré que ver otras alternativas”, asegura Bustamante, quien admite además que en algunas oportunidades ha tenido que ayudar a su representado económicamente.
La situación de Cotera se parece a la de Estuardo Quiñónez. El delantero, de 29 años, luce unas libras de más. Fue el único que participó en la sesión de fútbol con un calentador.
Quiñónez participó con la Selección Sub 20 que disputó el Mundial de la categoría en Argentina, en el 2001. Como en aquella época, aún conserva el delgado bigote, pero sus reflejos son más pausados.
El último equipo en el que estuvo fue en UTE, en la Serie B. Antes, tuvo un paso frustrado por el fútbol chino, en donde nunca encontró un club para jugar, un capítulo que prefirió no recordar.
En el 2008 defendió a Olmedo, donde jugó 22 cotejos. Opta por hablar poco, pero aseguró que aún tiene talento qué mostrar.