Continúa la polémica sobre la condición física del astro argentino Lionel Messi en la histórica derrota por 4-0 ante Bayern Munich en la Liga de Campeones que, para algunos especialistas, presagia el fin de una era en Barcelona.
“Ellos fueron simplemente superiores y merecieron el triunfo”, opinó el propio Messi, cuya opaca actuación en Munich dio lugar a un sinfín de especulaciones sobre su condición física para afrontar semajante desafío.
Quien salió al cruce de esas versiones fue el propio padre del astro argentino, Jorge Messi, que desmintió hoy en diálogo con el diario Olé de su país que su hijo haya salido al ruedo en inferioridad de condiciones.
“Nunca dije que Leo no estaba para jugar. Hay personas que estuvieron conmigo y lo saben. Cuando me preguntaron cómo estaba Leo, dije que lo veía bien y que los estudios así lo indicaban y por eso no me extraño que jugase”, comentó Messi padre.
Esa declaración contrasta con lo dicho por el apoderado del jugador, Josep María Minguella, quien en diálogo con la emisora Cope afirmó que Jorge Messi le dijo horas antes de la semifinal de ida de la “Champions” que su hijo no estaba para jugar.
Messi se lesionó en el partido de ida de cuartos de final ante París Saint Germain y jugó la revancha a pesar de esa lesión, lo que la habría empeorado. Desde entonces no había jugado.
El argentino recibió el alta médica dos horas y media antes del inicio del partido en Munich y después de la derrota aseguró que estaba bien para jugar, aunque un 77 por ciento de los encuestados por el diario Marca afirmaron que no debió hacerlo.
“Al argentino se lo vio con muy poca actividad, sin chispa, sin velocidad y sin uno contra uno, algo muy extraño en él”, afirmó Marca.
El rotativo señaló que Messi “dio la sensación de estar lesionado” y apuntó que “fue quien menos corrió de su equipo, 7.409 metros, 4,5 kilómetros menos que Xavi Hernández”.
“Messi no apareció y el Bar!a lo notó mucho”, escribió el diario La Vanguardia de Barcelona, que añadió que “desde el banquillo no se dieron respuestas”. El también catalán Sport escribió que la derrota “ha puesto en evidencia lo que se intuía desde hace semanas: el Bar!a necesita cambios”, entre los que incluye la posible llegada del brasileño Neymar, y al cuerpo técnico.
Sport, que tituló “La noche más triste”, añadió que “hay que hacer autocrítica y buscar soluciones a los problemas de esta temporada para no repetirlos en el futuro”.
Coincidió el rotativo El Mundo Deportivo, que escribió que el Barza “necesita refuerzos de nivel de cara a la próxima temporada”. El diario, que tituló ‘Pesadilla’, apuntó la necesidad de fichar a delanteros como Neymar para que “liberen a Messi de la obligación de resolver todo casi siempre”.
La prensa recordó que hace casi 20 años que el Barcelona no recibía una goleada en Europa como la que sufrió en la víspera, desde que el 18 de mayo de 1994 cayó 4-0 frente al Milan de Fabio Capello.
La dura derrota ante Bayern Munich y los dos reveses sufridos en sendos clásicos en Copa del Rey y la Liga Española ante Real Madrid (que hoy cayó 4-1 en la otra semifinal ante Borussia Dortmund) dieron paso a otras especulaciones.
No son pocos los que se animan a hablar ya de el “fin de un ciclo” en Barcelona, que para sus detractores dejó de ser el equipo imbatible de los últimos años.
No opina igual el italiano Demetrio Albertini, ex jugador del club catalán que consideró que “es muy prematuro para hablar de fin de ciclo, sobre todo si se considera que está a un paso de ganar la Liga Española”.
Para lograrlo por cuarta vez en las últimas cinco temporadas, Barcelona debe derrotar el sábado al Athletic de Bilbao de Marcelo Bielsa y esperar a que Real Madrid pierda el derby con el Atlético Madrid del también argentino Diego Simeone.
“Habrá que ver cómo reaccionan los jugadores, aunque está claro que una derrota por 4-0 deja huella”, destacó Albertini, que cerró su carrera en Barcelona, al que superó como jugador de Milan en aquella final de la Copa de Campeones de 1994.
Fue con un triunfo también por 4-0 que hizo historia y que aún hoy recuerdan con dolor los hinchas de un Barcelona por entonces conducido por el holandés Johan Cruijff y que, se decía también, marcaría el final de una era.
“Este no es el Barcelona de hace dos años”, reconoció Albertini, mientras que su compatriota y ex colega Paolo Rossi, goleador del Mundial de España 82, consideró en cambio que sí “se terminó un ciclo” en el club catalán.
“No hay dudas de que Barcelona no tiene la intensidad de años atrás. No muestra la misma determinación y le faltan estímulos, algo que en el fútbol resulta clave. Cuando no hay hambre, no hay triunfos”, afirmó Rossi.
“El partido ante Bayern Munich demostró que con Messi a media máquina, Barcelona no es el mismo”, completó el italiano.
La derrota no amenaza con afectar las arcas del Barcelona, pues según Michele Uva, director del Centro de Estudios de la Federación Italiana de Fútbol, “la eventual eliminación en semifinales de la Champions no incidirá en más de un 2 o 3 por ciento en la facturación”.
Quien festejó la derrota fue el escritor italiano Michele Dalai, autor de un libro titulado ‘Contra el tiqui-taca’ , como se bautizó al toque que suele exhibir el equipo catalán.
“Escribí este libro pensando que estaba frente al final de un ciclo para el equipo más fuerte del mundo en los últimos cinco años y que a mi entender terminó con la partida de Josep Guardiola”, comentó Dalai en diálogo con ANSA.