Sao Paulo se coronó campeón de la Copa Sudamericana, al vencer por 2-0 en una final polémica por conflictos con los jugadores de Tigre, al final del primer tiempo.
Tras los incidentes violentos, que prosiguieron en los vestuarios durante el descanso, el equipo argentino se negó a volver a la cancha, y el Sao Paulo fue declarado campeón del torneo.
La escalada de violencia se inició en los minutos finales del primer tiempo de un partido que hasta ese momento parecía ser sencillamente un duelo de fútbol, librado ante 70 000 personas en el estadio Morumbí, en Brasil.
Tras el empate 0-0 en el partido de ida en Argentina, el Sao Paulo salió al ataque desde el inicio e inauguró el marcador a los 23’, a través de un derechazo del media punta Lucas, recién fichado por el París Saint-Germain francés.
Cinco minutos más tarde, Lucas habilitó con un lanzamiento en profundidad al delantero Osvaldo, quien amplió la ventaja de los locales. Tras el segundo tanto, sin embargo, la violencia tomó el lugar del fútbol en la cancha.
A los 39’, Lucas Orbán lastimó con un codazo a su tocayo brasileño, quien abandonó la cancha sangrando en el rostro.
El árbitro chileno Enrique Osses no señaló la falta y generó indignación por parte de los jugadores del equipo paulista.
Al final del primer tiempo, estalló una virtual guerra entre algunos jugadores -en especial Lucas y Paulo Miranda, del lado brasileño, y Gastón Díaz y Diego Ferreira, del lado argentino- que fueron contenidos por sus compañeros.
La pelea no cesó durante el descanso. Según Lucas, los argentinos intentaron invadir el vestuario del Sao Paulo, pero fueron impedidos de hacerlo por los guardaespaldas del club local.
El incidente llevó a la intervención de agentes de la policía militarizada brasileña que, según el entrenador de Tigre, Néstor Gorosito, amenazaron con sus armas a los jugadores argentinos, que también habrían sido blanco de agresiones por parte de los guardaespaldas del Sao Paulo.
“Este es el resultado de todo lo que ha pasado: (Martín) Galmarini tiene el brazo lastimado, (Lucas) Orbán recibió una patada en la espalda. ¿Cómo quieren que juguemos así? Es lamentable”, afirmó el entrenador.
La Conmebol, sin embargo, optó por considerar que Tigre abandonó el campo de juego y declaró al Sao Paulo como nuevo campeón de la Copa Sudamericana.
El portero Rogerio Ceni, capitán del equipo brasileño, celebró el título inédito para su club y acusó a los argentinos de recurrir a la violencia desde el partido de ida.
“En Argentina nos golpearon todo el partido. Acá también siguieron golpeando. Lucas salió de la cancha sangrando”, dijo el golero.
Enrique Osses anunció la suspensión del partido y la hinchada y los jugadores brasileños pudieron festejar un título conquistado tras solamente 45 minutos de juego. Los jugadores de Tigre mostraron las heridas en el camerino.