Después de dos meses y medio de baja por lesión, Bastian Schweinsteiger está preparado para volver a ejercer su papel de líder del Bayern de Múnich, más ambicioso que nunca, este viernes en Moenchengladbach, tras el tradicional parón de invierno de la Bundesliga.
“Pongo el listón muy alto para 2012. Espero mucho de mí mismo”, afirma Schweinsteiger, convencido de que el equipo, con Jupp Heynckes al frente, es mucho más fuerte que en 2010, cuando ya había conseguido un ‘doblete’ nacional liga-Copa y llegar a la final de la Liga de Campeones europea.
“Quiero recuperar lo antes posible la forma física que tenía antes de mi lesión. Esos partidos en los que dominaba al adversario, marcaba muchos goles y no daba prácticamente ninguna oportunidad al rival”, apuntó. Esta temporada, su evolución se vio frenada por una fractura de la clavícula derecha, que sufrió el 2 de noviembre en un choque con un defensa del Nápoles, y desde entonces ha estado recuperándose.
“Ha sido un tiempo difícil. No tenía influencia sobre nada”, recuerda, aunque se consuela apuntando que es mejor lesionarse durante el parón invernal de la Bundesliga que en abril, cuando el club se estará jugando probablemente varios títulos. Ha sufrido en su cama del hospital y en su casa, sobre todo asistiendo impotente a los partidos menos brillantes de los suyos, como la victoria corta y sufrida ante el Augsburgo (2-1) o las derrotas consecutivas frente al Borussia Dortmund (1-0) y luego en Maguncia (3-2).
“En el campo se puede reaccionar y cambiar las cosas, no desde la grada”, explica el ‘director de orquesta’ del Bayern. “Desde ahí arriba se tiene una vista mejor, se tienen las soluciones en la cabeza, pero sólo las puedes transmitir a los demás en el descanso”, apunta.
Schweinsteiger ha podido ejercitarse con sus compañeros en una reciente concentración en Catar, donde admitió haberse sentido “un poco incómodo con algunos movimientos” al principio, antes de mejorar rápidamente. “Pero todavía no he pasado la última prueba, un duelo con Daniel Van Buyten ” , bromea, en referencia a la rudeza con la que juega su compañero belga del Bayern.
‘Schweini’ recuperó la sonrisa bajo el sol de Doha y no quiere perderla, extremando las precauciones, sobre todo tras sufrir un pequeño dolor en una rodilla, a tres días del encuentro contra el Borussia Moenchengladbach. “Todo va bien, no hay que preocuparse”, intenta tranquilizar, mientras cuenta las horas y los minutos para poder jugar el viernes en el Borussia Park, en uno de los regresos más esperados para el Bayern.