Barcelona volvió a perder contra uno de sus rivales directos en la disputa del primer lugar de la tabla para llegar a la final del Campeonato Ecuatoriano de Fútbol.
Los dirigidos por Juan Manuel Llop fueron derrotados el sábado pasado por el Deportivo Cuenca, equipo que ascendió a la segunda casilla y relegó a los canarios al tercer puesto. Esta semana empezará la rueda de revanchas.Llop reconoció, después del partido, que esa derrota puede ser determinante para las aspiraciones de alcanzar la punta del torneo. La comparó con las caídas contra Emelec y Liga de Quito en la primera etapa. Perder esos partidos le significó a los amarillos perder también la punta y no clasificarse a la final del campeonato que se jugará en diciembre.
La hinchada también sabía que era un partido fundamental. Por eso los gritos e insultos contra los jugadores, el cuerpo técnico y los dirigentes no estuvieron ausentes. Las cerca de 5 000 personas que acudieron pidieron la salida del presidente Eduardo Maruri. En la localidad general sur, donde se ubica la barra Sur Oscura, se mostraron carteles con frases como: “Fuera Maruri”, “Fuera todos” y “Dirigentes malditos”.
El partido contra los morlacos demostró que a los toreros les cuesta mantener una regularidad en su juego y en los resultados. Pero Llop asegura que “el equipo jugó mejor que en otros partidos. En otras ocasiones hemos jugado mal y ganado”.
El equipo amarillo sigue practicando un juego repetitivo, sin sorpresa y sin contundencia ofensiva. La claridad y la precisión a la hora de hilvanar jugadas de riesgo en el arco rival estuvieron ausentes en la propuesta del equipo del argentino Llop.
Barcelona fue un equipo desordenado y carente de juego colectivo principalmente en el área rival. Las veces que llegaron al arco de los cuencanos lo hicieron a través de pelotazos o centros desde las bandas que no tuvieron un destinatario fijo. La estrategia de los toreros fue clara: desde la zona técnica, Llop le pidió a sus volantes de creación que jugaran n con Pablo Palacios y que enviaran centros para aprovechar la potencia en el juego aéreo y la estatura del delantero Juan Anangonó.
Luis Soler, técnico del Deportivo Cuenca, hizo lo indicado para bloquear los intentos de los locales: les exigió a sus jugadores que no dejaran trasladar la pelota por mucho tiempo a Palacios para que no ganara la línea de fondo y ejecute centros al área. Cuando los morlacos empezaron a ejecutar la orden de su DT neutralizaron efectivamente a su rival.
El cuadro visitante supo lastimar al equipo guayaquileño e incluso pudo haber anotado muchos más goles que los dos con los que ganó el compromiso. El equipo del DT Soler practicó un juego sólido y vertical. Defendía bien, pero también lastimaba a su rival en cada uno de sus contragolpes.
Barcelona llegaba al arco contrario con más ímpetu que juego organizado. Faltó precisión en los pases y los volantes toreros intentaron penetrar a la defensa rival por el centro de la cancha pero ni Marcos Quiñónez ni Diego Ianiero se lo permitieron.
La estrategia de los visitantes fue tener la pelota en su poder el mayor tiempo posible para desgastar al rival. Su mérito fue mostrar un juego vertical y preciso. Ángel Mena se complementó perfectamente con Luis Miguel Escalada y juntos, con su habilidad y potencia, causaron serios problemas a la zaga amarilla.
Los ingresos de Mike Rodríguez y Luis Miguel Garcés en la segunda etapa no fueron un aporte determinante en la cambio de actitud que buscaba Llop en su equipo. El equipo perdió un partido clave ante un rival directo.
La figura
Esteban Dreer mostró jerarquía
Desde el arco motivó a sus compañeros para que no desmayen cuando Barcelona estuvo a punto de empatar el partido. Atajó dos opciones claras que tuvieron los amarillos en el segundo tiempo. Junto a Geancarlo Ramos, fue el líder de su equipo.
La contrafigura
Christian Sánchez no marcó diferencias
Su aporte no fue importante para Barcelona, que careció de ideas creativas en el ataque. El volante argentino no produjo acciones ofensivas y tampoco colaboró con la contención. Pese a ello, Juan Manuel Llop lo destacó como una de las figuras de la cancha.