El mediocampista argentino posó para este Diario, tras una de las practicas en la Casa de Liga de Quito. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Los últimos días de enero, Exequiel Benavídez estaba en Suecia. Se aprestaba a firmar un contrato con un club de ese país, pero desistió.
¿La razón? “Había cláusulas en el contrato que no me gustaron”, reveló el gaucho de 27 años (nacido en Santiago del Estero, Argentina). Él se guarda el nombre del club y deja el recuerdo en el pasado.
Al mismo tiempo, el DT Claudio Borghi buscaba un volante para Liga de Quito. Un jugador que ayudara a los defensas en la marca y que iniciara las jugadas de ataque del plantel. El estratega conocía a Benavídez. Sabía de su estilo y pidió a los dirigentes universitarios que lo ficharan.
El mediocampista dejó el país europeo y se vino a Quito para firmar un contrato de un año con LDU. “Me agradó la propuesta porque podía estar más cerca de mi país”, confesó tras uno de los entrenamientos en el Complejo de Pomasqui.
El sitio de concentración de los albos se convirtió en su nuevo refugio. Empezó a hacer amistad con jugadores como Brahian Alemán, con quien suele abandonar el complejo tras las prácticas.
Ahí, en Pomasqui, Borghi lo puso de titular desde el primer día. Le indicó en la posición que debía jugar y él se ubicó sin problemas en el sitio.
Es un puesto que conoce bien. Aprendió a jugar de 5 en las divisiones del popular Boca Juniors, de Argentina.
Viajó de su ciudad natal hasta Santiago para probarse en el plantel ‘xeneize’, en el 2003 (cuando tenía 13 años). Fue junto a unos 40 chicos. Recién al año siguiente se ganó un puesto en las divisiones formativas y se quedó.
En su ciudad se quedaron sus padres, Luis y Blanca, y sus seis hermanos. El ‘pibe’ se propuso debutar en el cuadro que arrastra más hinchada en Argentina. Hasta que el día llegó. Se estrenó en la Primera División bajo la tutela de Carlos Ischia, actual estratega del Aucas, en el 2008.
En Buenos Aires decían que sería el sucesor de Fernando Gago y Éver Banega, dos talentos formados en Boca y que dieron el salto a Europa.
Pero Benavídez se identificaba más con Fernando Redondo y Sebastián Battaglia quien, curiosamente, le impidió ser titular en Boca.
El volante era el titular indiscutible y Benavídez se quedaba como suplente durante esos años (2008-2009). Por ello, se marchó del equipo a Tiro Federal. Volvió a Boca. Fue a Chile. Retornó a Argentina. Viajó a México…
Estuvo en seis planteles antes de incorporarse a LDU. Por eso, dice que hoy quiere consolidarse en la ‘U’. “El fútbol me ha permitido madurar como jugador y persona”, afirma y agrega “que está dispuesto a jugar en cualquier puesto”.
Borghi lo ha ubicado como titular en los cinco partidos disputados por Liga, hasta el momento. En estos cotejos ha ocupado la misma posición. Pero solo en el juego ante San Lorenzo saboreó la victoria.
Hoy volverá a liderar el medio campo ante Toluca de México (19:45, en la Casa Blanca). Será el tercer cotejo de los albos en el grupo 5 de la Copa Libertadores de América.
Para él, el partido representa un desafío. Quiere demostrar a los hinchas que Liga puede jugar bien y ganar. “Para esto, saldremos a atacar e intentaremos ser sólidos atrás”.