Imagen de la camiseta conmemorativa de la Selección francesa de fútbol que será utilizada por los campeones del mundo ante Islandia por las Eliminatorias a la Eurocopa 2020, tomada de la cuenta de Twitter @GolesdeEuropa
Nacida de un ‘matrimonio’ entre laicos y católicos el 7 de abril de 1919, la
Federación Francesa de Fútbol (FFF) cumple el domingo 6 de abril de 2019, 100 años y lo hace en la cima de su deporte, después de que los ‘Bleus’ se proclamaran campeones del mundo en 2018 en Rusia.
Un nacimiento complicado
El nacimiento de la FFF costó, ya que a principios del siglo XX el fútbol francés estaba dividido en varios organismos, cada uno gestor de sus propias competiciones, teniendo de fondo los conflictos entre radicales laicos y dirigentes religiosos.
“Nuestra gran familia se constituyó por fin”, escribió a modo de bautismo el secretario general Henry Delaunay sobre la FFFA (primer nombre de la FFF).
“Hemos cumplido el sueño de los futbolistas: el fútbol es de los futbolistas. No ha sido sin sufrimiento, pero a fuerza de tirar del carro lo hemos llevado adelante”, añadió este hombre, figura clave de la aventura centenaria del fútbol francés, junto a dirigentes emblemáticos como Jules Rimet (presidente de 1919 a 1947) y Fernand Sastre (1972-1984).
La Copa de Francia, el primer motor
Dos años antes, el nacimiento de la Copa de Francia (primera victoria en 1918 del Olympique de Pantin, luego absorbido por el Red Star) auguraba ya la reunificación del fútbol en el país galo.
Ese torneo, “un modelo raro en la Europa continental, va a desempeñar un papel importante para la popularidad del fútbol y será también una fuente de beneficios para la FFF”, explica a la AFP el historiador del fútbol Paul Dietschy, profesor en la Universidad del Franco Condado.
Calcado del modelo de la ‘Cup’ inglesa, permite a todos los clubes del país participar en un formato muy democrático, en un torneo de eliminación directa, hasta que los dos últimos supervivientes disputan la final.
La paternidad del Mundial y de la Eurocopa
Guiada por una “visión universalista del fútbol”, la FFF participó en la “mundialización” del fútbol, explica Dietschy en su “Historia del fútbol” (2010) , sobre todo impulsando el nacimiento del Mundial (1930) y de la Eurocopa (1960).
La FFF también estuvo marcada por grandes personalidades del fútbol como Jules Rimet, que fue también presidente emblemático de la FIFA (1921-1954) y el padre del Mundial. Por su parte, Henry Delaunay, secretario general (1919-1954), fue creador de la Eurocopa y fundador de la UEFA.
El trofeo del Mundial se llamó Jules Rimet de 1950 hasta 1970, cuando Brasil se lo adjudicó al ganar el gran torneo del fútbol por tercera vez. El vencedor de la Eurocopa sigue levantando actualmente el Trofeo Henri Delaunay.
“Si bien la FFF brilló por sus dirigentes, le ha costado construir un modelo competitivo”, subraya Paul Dietschy, que recuerda que Francia no consiguió grandes éxitos hasta 1984, con la medalla de oro olímpica y la Eurocopa, antes de que llegaran los grandes éxitos de la historia de los Bleus, con sus títulos mundiales de 1998 y 2018, y el europeo de 2000.
La formación a la francesa como modelo
Los éxitos en grandes citas internacionales coronan una escuela de fútbol “a la francesa”, diseñada a principios de los años 1970.
Los clubes franceses no destacaban en las competiciones europeas y Francia había sido humillada en 1968 por los ‘amateurs’ noruegos en Estrasburgo (1-0). La selección francesa se perdió los Mundiales de 1970 y 1974.
“La FFF aseguró muy pronto la promoción del fútbol entre los jóvenes, sobre todo con el concurso de jóvenes futbolistas organizado desde 1930”, explica el historiador.
Pero a partir de 1972, el tercer gran dirigente de la FFF, Fernand Sastre, presidente de 1972 a 1984, inició la excelencia de la formación francesa con el entrenador Georges Boulogne, seleccionador de los Bleus de 1969 a 1973.
Se impulsaron entonces las escuelas de fútbol, seguidas de los centros de formación de los clubes franceses, con apoyo de la FFF.
“Francia comenzó a ganar con el éxodo de sus jugadores, muy bien formados pero a los que le faltaba la experiencia de la victoria”, concluye Dietschy.
Los frutos se plasmaron en los años recientes, con el título mundial de Rusia 2018 como constatación del éxito de una aventura que dura ya 100 años.
Francia organiza además en junio y julio el Mundial de fútbol femenino, donde sueña con coronarse como anfitriona.