Christopher Froome, al centro y de amarillo, en el ingreso a la meta del Tour de Francia junto con sus compañeros del equipo Sky. Foto: Lionel Bonaventure/ AFP
Después de su victoria en el Tour de Francia, el británico Chris Froome empieza su lucha personal contra el crono para recuperarse a tiempo antes de pelear por el oro en el ciclismo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Tan solo 13 días después de que el ciclista se enfundara por tercera vez el maillot amarillo en París tras ganar la carrera de 3 535 kilómetros, le espera la dura contrarreloj de Río. “Ya conseguí bronce en Londres. Sería increíble volver a ganar una medalla”, dijo el tricampeón del Tour.
El oro es más que factible para un Froome que ve que sus mayores contrincantes no llegan en óptimas condiciones a los Juegos de Río. El alemán Tony Martin tuvo que abandonar la última etapa del Tour a 30 kilómetros de la meta por una lesión en la rodilla izquierda. No obstante, el corredor de 31 años había calificado ya el oro en Río casi como una utopía a causa del duro trazado.
Tampoco el holandés Tom Dumoulin se encuentra en perfectas condiciones después de la carrera francesa. El ciclista sufrió una lesión en el brazo izquierdo durante el Tour. “Creo que el perfil se adapta muy bien a mi estilo”, dijo Froome sobre el circuito de Río, de casi 60 kilómetros.
En los Juegos de Londres de 2012 quedó tercero por detrás de su compatriota Bradley Wiggins, oro, y Martin, plata, pero en aquella ocasión el recorrido era más bien plano. En cambio, Río será terreno para Froome con sus fuertes subidas. El británico ya demostró sus habilidades al imponerse en la dura cronoescalada del Tour.
Pese a que estuvo totalmente concentrado en la carrera francesa, Froome lleva tiempo preparándose para Río. “Llevo seis meses pensando en esta cita y por eso he ido entrenando las contrarrelojes”, dijo el británico de 31 años.
En el Tour, el líder del Sky se atrevió incluso a montar las pesadas ruedas de contrarreloj en su bicicleta para afrontar los 10,5 kilómetros de ascensión contra el crono. Muchos otros prefirieron no asumir ese gasto y subieron con las ruedas habituales para la etapas de montaña. Ante el exigente recorrido que le espera en Río, Froome dejó claro con su imponente victoria que después del amarillo en el Tour, el oro en los Juegos es absolutamente posible.