Francisco Egas y Jaime Estrada llegaron a la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) en el 2019. Tomado de Twitter
La última vez que Jaime Estrada abrazó a Francisco Egas fue el 24 de enero, luego del Congreso Ordinario. Ese día, el directivo quiteño terminó la reunión de forma amena, entre sonrisas, al cumplir un año como Presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF).
El informe de gestión y el económico recibieron un aplauso de los directivos. Esto a pesar del malestar que existió porque el Directorio no conoció el presupuesto antes del Congreso, como manda el Estatuto. “Sí, le aplaudimos. No vamos a negarlo. Nadie puso reparos a su informe”, recuerda Carlos Galarza, vocal de la Ecuafútbol.
Conocer el presupuesto recién en el Congreso incomodó a los directivos, pero no lastimó la relación. Esa aparente unidad en el Directorio de la FEF comenzó a fragmentarse 24 días después de eso.
Galarza, Amílkar Mantilla y Estrada coinciden en señalar dos temas que motivaron la división con Egas: la presión por conocer el contrato con el DT holandés, Jordi Cruyff, y la reestructuración de la Comisión de Arbitraje de la Ecuafútbol.
El primer roce profundo ocurrió el lunes 17 de febrero en una reunión del Directorio realizada en la Casa de la Selección, en Quito. Rodrigo Espinosa, directivo del América y cercano al círculo de Egas, renunció a la Comisión de Arbitraje.
Los vocales Vicente Mantilla, Amílkar Mantilla, Alfonso Murillo y Édison Ugalde promovieron la llegada de Galarza a encabezar dicha Comisión. Eso generó que Egas se levantara molesto de la reunión y se retirara del lugar. En esa friccionada cita también se pidió conocer los detalles del acuerdo con Cruyff. “Fue la primera vez que hicieron mayoría”, dijo Egas en ‘Debate Fútbol’.
El cortocircuito generó tensión. Incluso, Carlos Manzur, otro vocal principal, anunció que renunciaría a su cargo. La presencia de Galarza, polémico directivo de Morona Santiago, acentuó el distanciamiento en el Directorio. “En un grupo de WhatsApp que teníamos, no sentí el respaldo de Egas, solo puso un pulgar cuando empezaba”, dijo.
En las reuniones posteriores del Directorio, otra vez, hubo presión por conocer los valores de los contratos. Así, en la sesión del 3 marzo, Egas y Galarza volvieron a tener un cruce. “Sabíamos que había diferencias, pero no pensamos que iría tan lejos”, sostuvo Miller Salazar, de Macará.
En la reunión del 3 de marzo, Egas leyó el contrato ante el Directorio y pidió confidencialidad. Allí explicó que Cruyff costaría “entre USD 4 y 5 millones”. Así consta en las actas. Los cuestionamientos se fueron multiplicando y la llegada de la pandemia trastocó la reunión prevista con el DT y el Directorio.
Una cláusula que permitía la salida de Cruyff en caso de ser llamado por el Barcelona de España generó más diferencias entre los directivos.
La segunda semana de marzo, Cruyff viajó España sin autorización del Directorio y solo notificó a Egas. Galarza salió públicamente a reclamar al DT y pidió la suspensión temporal del contrato con el técnico.
“Convoqué a reunión virtual para informar el plan económico que teníamos y la negociación. No asistieron los vocales principales”, cuestionó Egas.
Así llegaron a la polémica sesión del 24 de abril. Estrada dice que recopilaron información real de los contratos que presionaron durante semanas.
“Nos dimos cuenta de que el valor real era USD 5,2 millones y no 4 como estaba aprobado. Tampoco había tal reducción en el sueldo de Cruyff. Lo que se tenía era una reprogramación de pagos”. Ambos motivos impulsaron al Directorio a remover a Egas y fueron expuestos en el Congreso del 1 de mayo. Ahora la disputa legal está abierta y en trámite en la Conmebol y en la FIFA.