Ser una de las pocas mujeres en el mundo tuerca, donde priman los hombres, la motiva aún más. Algunos rivales le dicen, en ocasiones, que se dedique al ballet y no al karting. Ante eso, Francesca Cozzaglio procura no hacer caso y silenciarlos con sus victorias.
A escala local, en el karting y en el Nacional de Circuitos, se sube al podio regularmente.La quiteña de cabello largo hasta la cintura es metódica, organizada y tan arriesgada como el más temerario piloto sobre una pista.
Antes de empezar a acelerar su vehículo sobre el Kartódromo Dos Hemisferios, en la Mitad del Mundo, el miércoles, 16 de abril, al mediodía, se la notaba segura de lo que hacía, como si hubiera aprendido todo sobre el automovilismo en sus ocho años como piloto.
Una vez puesta el traje volvió a echar una mirada rápida a las llantas, los pedales, el volante. Luego se recogió el cabello y se colocó el casco blanco que lleva impreso su nombre, su apellido y el número 34. Una vez lista y en la pista recién pavimentada aceleró a tope desde el inicio y llegó a 120 km por hora.
En un vehículo sin suspensión y a pocos centímetros del suelo, la sensación de velocidad es superior a la que se alcanza en un automóvil a 200 km. Así lo explicó Jorge Cuesta, entrenador y piloto.
La piloto realizó cinco vueltas de calentamiento, a 80 km por hora, en promedio, y luego parqueó para que su hermano Piero, una de sus inspiraciones para dedicarse al automovilismo, se probara en la pista tras cuatro años sin conducir en el kartódromo. “En serio, con cabeza, porque está resbaloso”, le dijo enérgica a su hermano mayor.
Ella empezó a correr a los 7 años en el vehículo número 134 que era de Piero. Cuando a los 10 años ya competía en Cuenca, porque en Quito no había una categoría para su edad, modificó el ‘go kart’ y se quedó con el número 34.
El 4 es un número que le llama particularmente la atención. En el Mundial de Karting de Abu Dabi (2011), adonde se clasificó tras triunfar en el torneo Rotax Max Challenge de Venezuela, le dieron el número 24. Ella fue la única mujer entre 70 competidores.
La quiteña, que quiere debutar en una carrera atlética de 10 km, tiene algo con el número 4. Cuando ve la hora es común que sean las 11:34 o las 15:04. (se ríe al decirlo). En la muñeca izquierda lleva una delgada pulsera plateada y el dije de un búho, que le gusta porque representa la sabiduría.
A la estudiante universitaria también le agrada entender cómo funcionan las cosas. Por eso puede pasarse una tarde entera armando y desarmando su auto. Le encanta la mecánica y estudia Ingeniería Industrial en la Universidad San Francisco.
Pero los autos son su prioridad. En Madrid, donde compitió hace dos semanas y fue décima entre 30 pilotos (todos hombres), tiene una propuesta para ir a un equipo.
En España también llamó la atención por ser la única mujer en pista, lo cual ya no le parece extraño. Raúl Araujo, administrador del Quito Karting Club, reconoció que son pocas las chicas que compiten regularmente. Una de ellas es también Rosita Montenegro (Carchi).
La piloto cumplirá 19 años en mayo y ya colecciona un centenar de trofeos. Se destaca el título Rotax Max Challenge, en Venezuela. Eso le valió la clasificación al Mundial. Ganó el Yahuarcocha 600, el 2013.