Al argentino Lorenzo Faravelli le gusta analizar el juego de los rivales de Independiente y hablar de táctica y estrategia. Es un enamorado del fútbol dentro y fuera de las canchas. Por eso, estaba muy feliz tras ganar la Copa Sudamericana con el Independiente del Valle, ante le poderoso Sao Paulo de Brasil, en el estadio Mario Alberto Kempes, de Córdoba, Argentina.
Estaba feliz por el triunfo, pero también por la forma cómo Independiente consiguió el título: con un estilo de juego definido, que siempre intenta ser protagonista con la posesión del balón.
Faravelli fue una de las figuras en la victoria 2-0 ante los brasileños. Fue el eje del mediocampo y marcó una de las anotaciones. “Estoy contento porque no solo ganamos, si no que lo hicimos a nuestro modo”, expresó tras la victoria con la Copa en sus manos.
Al rioplatense le gusta hablar de táctica con Hernán Pellerano, el capitán y líder del equipo, que ya tiene 40 años.
Con él y otros argentinos suelen dirigirse en un solo auto a los entrenamientos en el Centro de Alto Rendimiento del Independiente del Valle, en Chillo Jijón.
Ahí, con Pellerano, suele conversar de cómo juega el equipo y en las facetas en las que podría mejorar. A él también le agrada que los equipos controlen el baón y propongan siempre el ritmo de los encuentros.
Por ello, cuando le llegó la oferta del Independiente en el 2010, se mostró convencido de que iba a triunfar en el club. A él le gusta el juego de posesión y se convirtió en uno de los intérpretes en cancha de Miguel Ángel Ramírez, el anterior entrenador.
Con su compatriota Martín Anselmi, el nuevo técnico, también se ha acoplado. Está orgulloso de pertenecer al equipo y quiere seguir consiguiendo éxitos. Esto pese a que, en un momento, escuchó rumores de que lo pretendía River Plate. “Tengo contrato hasta el 2023 y me siento a gusto acá”, expresó el volante.
Su esposa y su hijo también están tranquilos. Por ello, se siente cómodo y quiere dejar una huella en el club, tal como Pellerano.
Un futuro como técnico
Faravelli sabe que tiene muchos años aún por jugar al fútbol y no piensa en qué hará en el futuro. Sin embargo, sabe que estará ligado al balompié, por su amor a la táctica y a la estrategia. “Amo hablar de mi deporte. Soy vecino de Pellerano y en los 45 minutos que hacemos en el auto desde casa hasta el complejo del equipo vamos hablando de planteamientos, de situaciones de partido”, relató el jugador.
El argentino le ha tomado gusto a Quito. Durante el aislamiento por la pandemia tomó responsabilidades, como ir al supermercado a abastecerse y dar un paso al frente cuando se trata de hacer cosas en la cocina. Eso sí, siempre le gusta preparar asados con sus compañeros de equipo.
Viene de una familia con vocación para la gastronomía: su padre tenía un restaurante en Buenos Aires y ahora tiene una fábrica de pastas, según contó el jugador en el programa ‘De Lejitos’, un espacio creado por el departamento de comunicación del cuadro rayado de Sangolquí.
Su gusto por la pasta es tal, que se considera un amante de los sorrentinos, que es un tipo de pasta rellena argentina, parecida al ravioli, pero de mayor tamaño y forma circular. El argentino se desempeña como volante interior y en ocasiones ha acompañado a su amigo Pellerano en las tareas como ‘doble cinco’.
Sin embargo, con Pellerano detrás, se siente libre para acercarse al área rival, tal como lo hizo en la final ante Sao Paulo. Tras una sucesión de pases, el decretó el 2-0, el gol definitivo del triunfo en el estadio argentino. Ahí, también estaba contento porque varios amigos de barrio y familiares fueron a verlo.
Algunos de su barrio natal y otros compañeros de Newell’s Old Boys, el club donde se formó también estaban entre los asistentes. “Esto es fruto de todo el esfuerzo de los muchachos y de un equipo que se ha vuelto fuerte”, expresó el argentino.
Ahora, se concentra en seguir consechando éxitos. El volante dice que el plantel tiene como objetivos conseguir el título de la Copa Ecuador y de la Liga Pro. En ambos torneos, el plantel sigue en pelea.