Jhon Espinoza de Ecuador en acción contra Kim Hyunwoo de Corea del Sur en Lublin (Polonia), el 11 de junio del 2019. Foto: EFE
La disciplina defensiva y la velocidad de los coreanos complicaron a la histórica Selección Sub 20 en las semifinales del Mundial de Polonia. Esos dos aspectos eran los que preocupaban al DT Jorge Célico antes del duelo de ayer. El argentino trató de ser fiel a su idea de juego. Buscó hacer daño con microsociedades, pero al final se enfrentó a un esquema ordenado tácticamente.
Ecuador sufrió para llegar con claridad al arco defendido por Gwangyeon Lee. Tardó 20 minutos para arrinconar a la defensa asiática y 37 para lograr el primer remate al arco. Por su parte, Corea fue precisa en pases, en toques de profundidad y veloz en las transiciones. Aunque el único tanto del cotejo y que pone a los tigres asiáticos en la final del torneo fue obra de una picardía, otro ingrediente del fútbol.
Jun Choi aprovechó una jugada detenida para sacar un remate cruzado que Moisés Ramírez no pudo contener. Fue después de un pase rápido y profundo, que encontró desubicados a los tricolores. Por eso, después de que se abriera el marcador, Gonzalo Plata, del Sporting de Lisboa, se recriminaba el error de haber desatendido la cobertura.
El tanto fue un golpe anímico que sacudió al esquema de la Tri. Tardó en reaccionar, pero terminó arrinconado a un equipo que por momentos mostró debilidad en la contención, pero que también luchó.
Al minuto 37, Leonardo Campaña hizo emocionar a la hinchada tricolor. Recibió el balón pasado, se lo acomodó de taco para seguir en carrera y rematar de media distancia, aunque la pelota impactó en el travesaño. Fue la primera opción clara del partido y una jugada individual que dejó en evidencia algunas falencias de la defensa rival. Si había alguna chance de hacer daño, era de esa forma. Arriesgar con jugadas personales y vulnerar con pelota detenida al rival.
Ecuador quiso mantener la idea de juego que lo llevó a las semifinales. Cambió de actitud para intentar el empate que nunca llegó, pero logró arrinconar al rival. En los minutos finales estuvo cerca de marcar. Incluso hubo intervención del VAR (video-arbitraje), que anuló un gol de José Cifuentes, por una posición adelantada de Gustavo Vallecilla.
Hubo remates de media distancia y jugadas de pelota detenidas, pero faltó precisión. Al cierre del cotejo, Campana tuvo una segunda opción de gol, un cabezazo potente que terminó desviado por el golero Lee, quien terminó como una de las figuras de los asiáticos.
Fueron momentos de angustia para el plantel tricolor, que durante los últimos tres días se había ilusionado con la posibilidad de jugar la gran final. Terminaron cabizbajos, boca arriba y botados en el césped, mientras que los jugadores coreanos celebraban su primera clasificación a una final de un Mundial Juvenil.
Para Jorge Célico serán tres días complicados antes de regresar a Gdansk para descansar y armar la estrategia para el duelo ante Italia, un rival conocido que venció a Ecuador en la fase de grupos. Trabajar en lo anímico y convencer a sus jugadores que están en lo más alto de la historia es la meta de Célico. El último partido será el viernes, en Gdynia.