Historia: Thomas Edwards se hizo Ironman a los 71 años

El estadounidense-ecuatoriano Thomas Edwars, quien compitió en el mundial Ironman 70.3 de Sudáfrica, suele entrenarse con frecuencia en la pista del parque Bicentenario. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.

En una muestra de humildad, con algo de humor e ironía, Thomas Edwards asegura que se clasificó al Mundial Ironman 70.3 porque fue el único participante de su categoría cuando obtuvo el cupo en la edición 2017 del Ironman de Manta. ‘Thom’, como le dicen los amigos, tiene 72 años.
Oriundo de Texas, Estados Unidos, el triatleta que vive en Ecuador desde hace 27 años estuvo en Puerto Elizabeth, Sudáfrica, el pasado 2 de septiembre. Allí se realizó la cita anual que reúne a los mejores de esta distancia que comprende 1,9 km de natación, 90 km de ciclismo y 21 km de atletismo, que suman las 70.3 millas. Ese recorrido le tomó a Thom siete horas y 12 minutos.
“El secreto está en empezar y no parar”, explica el jubilado que quedó 18 en la categoría 70-74 años. En su registro consta que compitió por Ecuador.
“En Sudáfrica conocí a un triatleta estadounidense de 76 años. ¡De 76 años!, así que todavía me quedan algunos más en el deporte”. Su agilidad impresiona tanto como su optimismo. Él quiere participar en otros triatlones de 113 km, incluido el Ironman 70.3 de Manta 2019 para el que ya se abrieron las inscripciones. “Como soy jubilado tengo tiempo para entrenar”, asegura alegre el antropólogo, quien llegó a Ecuador precisamente como parte de su trabajo, para una ONG, y se quedó “enamorado” del país.
Su deporte de base es la natación, que la practicó con dedicación en la época colegial en Texas. Luego, ya adulto, a pesar de que por muchos años no se entrenó, asistía a las piscinas más cercanas a los sitios que visitaba por su trabajo.
Ya radicado en el país de la Mitad del Mundo empezó también a correr. Participó en varias ediciones de la Últimas 15K y en el 2001, con 55 años, realizó su primer triatlón en un evento que se realizó en el parque La Carolina y cuyo segmento de natación se hizo en su laguna artificial. Fue de corta distancia, un ‘sprint’, que lo dejó enganchado a esta disciplina.
“El secreto está en seguir vivo y en no parar”, dice en una variante de su frase de batalla. “Me cuido en lo que como, soy medio vegetariano y desde hace unos 10 años también hago yoga”, explica el ‘finisher’ del Mundial de Sudáfrica.
De Manta al Mundial
En el 2016, un familiar suyo se animó a practicar deporte después de varios años de sedentarismo y luego de buscar un reto optaron por el Ironman. Ambos decidieron entrenarse y después de barajar opciones acordaron presentarse en la línea de partida de Manta en el 2017.
El antropólogo jamás se había acercado a distancias grandes, pero a sus 70 años se lanzó de lleno a los entrenamientos para ganar resistencia. El agua no le preocupaba, pero alcanzar la fortaleza para pedalear 90 km (algo así como ir de Quito a Otavalo) y correr una media maratón lo tenían inquieto. A pesar de que a lo largo de sus años deportivos en el país ha “conocido a deportistas y entrenadores experimentados”, decidió prepararse solo y con la ayuda del libro ‘Training plans for multi sport athletes’, de Gale Bernhardt.
Planificó sus tablas de ejercitación, combinó días de práctica con ciclismo por las mañanas y natación por las tardes y se presentó a competir en el puerto manabita. Fue el único de su categoría de edad, finalizó contento el desafío y al final recibió un trofeo y el premio del cupo para el Mundial.
Él seguirá hurgando en los detalles de esta disciplina para mejorar y buscar una nueva clasificación porque para él se trata de “empezar y no parar”.