De izquierda a derecha: Gonzalo Plata, Jackson Porozo, Sergio Quintero y Jordan Rezabala, en una de las prácticas de la Selección Sub 20. Foto: David Paredes / EL COMERCIO
Pastelazos, lluvia de bebidas hidratantes y ‘capotes masivos’ (golpes con la palma de la mano en la cabeza o en la espalda) marcaron la camaradería dentro de la Selección Sub 20.
Fueron 42 días de estadía en Polonia, donde se celebraron cinco cumpleaños de jugadores e integrantes de la delegación. Esto, además de la histórica clasificación a semifinales en el Mundial juvenil, donde Ecuador terminó tercero.
Los festejos fueron en distintas sedes. Empezaron en Grodzisk, donde la Tri pasó 12 días trabajando a puertas cerradas antes del Mundial. En esa ciudad, Luis Estupiñán cumplió 19 años. También celebraron Gustavo Vallecilla, Jefferson Arce, Gregory Calderón (analista de videos) y Javier Campos (chef de la Selección).
Los jugadores felicitaron a los cumpleañeros en las canchas de entrenamiento. También en el vestíbulo de los hoteles. Así, por ejemplo, John Jairo Espinoza, Pierre Bellolio, Alexander Alvarado, Vallecilla y Diego Palacios agasajaron al chef, que se transformó en confidente y uno de los más queridos dentro de la delegación.
“Fue uno de mis cumpleaños más especiales. Me tocó celebrarlo lejos de casa, pero con los chicos de la Selección”, recuerda Campos.
El chef de la Tri nunca fue a los estadios. Tenía credencial para asistir a los partidos, pero prefirió quedarse en la cocina para preparar las cenas.
“Tenía tiempo para ir, pero prefería dejar la mesa y la comida lista para cuando llegaran los chicos”, contó Campos a este Diario.
Pero no todo fue armonía. Hubo momentos tensos en medio de la clasificación a cuartos de final. Después del triunfo 3-1 frente a Uruguay, se produjo un cruce de palabras entre jugadores y cuerpos técnicos de ambas selecciones.
Diego Cuvi, preparador físico de la Tricolor, reveló que el enfrentamiento verbal con los uruguayos se produjo en tres momentos. El primero, que terminó desatando la ira de los rivales, se originó después del pitazo final. El DT Jorge Célico trató de calmar a los contrincantes, pero estos reaccionaron con insultos.
“Fue una mala reacción de los uruguayos. Se fueron en contra del ‘profe’ y del equipo. Todo fue documentado por Daniela Ojeda (jefa de prensa de la Tri)”, dijo el fisioterapeuta Mauricio Toapanta.
Como medida de seguridad, los seleccionados tuvieron que ingresar por una puerta trasera del Hotel Hampton, en Lublín, que también compartían con los charrúas. Así se evitó que existiera un nuevo cruce entre jugadores y los cuerpos técnicos.
“Se entró por otra puerta para evitar cualquier enfrentamiento. Nuestros muchachos siempre estuvieron tranquilos. Se lo manejó de forma profesional”, recuerda Toapanta.
Por este inconveniente, la FIFA multó a la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), que terminó disculpándose con Ecuador y deseando suerte para el resto del torneo.
Las largas sesiones de fisioterapia también fueron claves en el rendimiento de la Sub 20 en Polonia. Toapanta y Hugo Terán tuvieron largas jornadas de trabajo en consultorios improvisados en las habitaciones de los hoteles de concentración.
Fueron aproximadamente 150 sesiones de fisioterapia y 60 de acupuntura y punción. Los dos fisioterapeutas terminaban sus labores a la 01:30.
“Fueron jornadas de trabajo muy largas. Los jugadores eran pacientes, porque podían dormir suficiente al siguiente día. El desayuno era opcional”, recuerda el terapeuta Ecuador no tuvo problemas de lesiones graves. El único desafectado por dolencias físicas fue Stiven Plaza, quien se lesionó en el Real Valladolid, en España, y no se recuperó a tiempo para el torneo.