Damián Carcelén anhela competir con atletas regulares

El ecuatoriano Damián Carcelén durante uno de sus entrenamientos. En el 2017, logró tres medallas, en el exterior. Foto: Manuel Quizhpe / EL COMERCIO

El ecuatoriano Damián Carcelén durante uno de sus entrenamientos. En el 2017, logró tres medallas, en el exterior. Foto: Manuel Quizhpe / EL COMERCIO

El ecuatoriano Damián Carcelén durante uno de sus entrenamientos. En el 2017, logró tres medallas, en el exterior. Foto: Manuel Quizhpe / EL COMERCIO

Damián Carcelén es un atleta paralímpico de 20 años, quien proviene de una familia de escasos recursos económicos. Sus padres Rigoberto Carcelén y Pilar Delgado se dedican a la agricultura en Ibarra y el anhelo del subcampeón mundial de la prueba de 400 metros planos es comprar una vivienda para la familia.

Por su subtítulo mundial, está en la categoría Tokio 2020 del Plan de Alto Rendimiento de la Secretaría del Deporte, que es la máxima que se otorga a un seleccionado nacional. Él está consciente que para mantenerse en ese grupo de atletas privilegiados debe seguir con la misma perseverancia y disciplina.

Carcelén se emociona cuando se refiere al apoyo incondicional que recibe de su hermana de ocho años y se planteó un nuevo reto con su técnico, Celso Chalá. El próximo 17 y 18 de agosto competirá con atletas regulares en el Nacional Sub 23 de Atletismo, que se desarrollará en Quito.

Según Chalá, lo que se pretende es que sea observado por la Comisión Técnica de la Federación Ecuatoriana de Atletismo con miras al Sudamericano Sub 23 que se realizará del 29 al 30 de septiembre próximo en Cuenca. “La idea es que al menos pueda ser parte del equipo de relevo 4 x 400. Es duro competir con deportistas regulares, pero no imposible”.

El estratega del atleta imbabureño no se guarda los elogios para su pupilo. “Es un corredor de casta, un atleta hiperactivo y explosivo”.

En Cuenca no compitió entre jueves y viernes porque le salió unas ampollas en las plantas de sus pies y no quiso arriesgar sus futuras competencias.

De acuerdo con el plan establecido y que consta en su programación anual, sus próximas carreras serán en Barranquilla y Guaranda, con motivo del Gran Prix y del Open Internacional de Para-atletismo, fijados para septiembre y noviembre próximo. Se sumarán torneos a escala nacional.

Por ahora, se dedica exclusivamente a los entrenamientos en el Centro de Entrenamiento para el Alto Rendimiento de Carpuela. Lo hace de 07:00 a 09:00 y de 15:00 a 17:30. Su incursión en el atletismo se registró hace cuatro años, tras probarse en taekwondo y boxeo, incluso en la última disciplina representó a Imbabura.

El atleta con discapacidad intelectual tendrá una agenda ajustada para el 2019. Le esperan dos mundiales y los Juegos Parapanamericanos que serán en Lima, Perú. Todo está encaminado con miras al objetivo primordial que son los Juegos Paralímpicos en Tokio 2020.

Damián, quien el viernes cumplió 20 años, dice que los éxitos conseguidos el 2017 le cambiaron la vida. A la medalla de plata obtenida en el Mundial Absoluto de Para-atletismo, en Londres, se suman las dos preseas doradas alcanzadas en 400 metros planos y salto largo del Mundial Juvenil, efectuado en Suiza.

Esos logros le permitieron ser nominado como el mejor atleta ecuatoriano paralímpico del 2017. “Es una responsabilidad muy grande que tengo. Con mis éxitos he demostrado que sí se puede salir adelante, con constancia y cumpliendo con las tareas”. Sabe que es un ejemplo para los deportistas paralímpicos de Ecuador.

Su desafío para el 2019 es ser campeón en el Mundial Absoluto y convertirse en el más destacado de los Juegos Parapanamericanos. Su reconocimiento es para Chalá, quien “me motiva en cada entrenamiento”.

Cuenta que pasó momentos críticos para llegar a la máxima categoría del Plan de Alto Rendimiento. Con sus coterráneos Stalin Mosquera y Poleth Méndes pertenece a ese grupo privilegiado. “Me sacrifiqué mucho y me sigo sacrificando por ser el mejor del mundo”.

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