Claudio Villanueva fue el campeón panamericano de 50 km, en Lima, el 11 de agosto del 2019. AFP
Claudio Villanueva se ve diferente fuera de las pistas. Cubre su rostro con una mascarilla roja, viste un traje de bioseguridad y protege con una gorra su cabeza rapada. Esa es la indumentaria que usa durante la emergencia sanitaria para impulsar el negocio de su madre, Julia Flores.
El andarín ecuatoriano-español de 31 años promociona y entrega fundas de fideos artesanales a domicilio con el apoyo de su esposa, Grace Pintado. Él aprovecha su imagen de marchista exitoso, conseguida a base de esfuerzo y disciplina, para mantener una tradición familiar de 41 años.
Su madre es la encargada de elaborar el producto casero; mientras Villanueva recepta los pedidos a través de su número celular. Él y Pintado (hermana del andarín cuencano Daniel Pintado, con cupo para los Juegos Olímpicos en Tokio) se encargan de entregar los fideos a domicilio, tres días a la semana.
Claudio conduce la camioneta y su esposa es quien lleva la lista de clientes y sus direcciones. Con la aplicación de Google Maps llegan sin problema. Incluso bromea: “chofer viejo llega porque llega a su domicilio”. Lo dice porque entre el 2014 y 2015 se entrenaba y trabajaba como
taxista informal.
La elaboración y venta del producto se interrumpió por dos meses debido a la emergencia sanitaria y al estado de excepción por el covid-19. Pero desde el pasado 12 de mayo, esa actividad se reanudó a través de su muro de Facebook.
En esa red social, el atleta tiene más de 4 900 amigos, entre familiares, colegas, técnicos, dirigentes, conocidos y periodistas. Ellos son sus principales clientes, quienes lo consideran un gran ser humano y un excelente marchista, que ha representado al Ecuador en diferentes partes del mundo.
La invitación para que se involucren a su emprendimiento familiar ha tenido una respuesta favorable. “Desde que retomamos la actividad hemos vendido entre 100 y 150 fundas de fideos por semana, con el valor de USD 1 cada una”. El cliente tiene tres alternativas: fideo de casa, bolitas y fideo tostado.
La madre del campeón de los Juegos Panamericanos del 2019 inició el negocio hace 41 años. Vendía en los interiores del mercado Nueve de Octubre, ubicado en el Centro Histórico de Cuenca. Por un problema en su corazón se retiró del lugar. Luego vendía en la calle y hacía entregas a sus clientes, con ayuda de Claudio. Él admite que “las ventas bajaron considerablemente”, sin
precisar la cantidad.
Hace un año, el campeón panamericano y sudamericano de 50 kilómetros marcha decidió ponerle etiqueta al producto, en la que incluso aparece la imagen del seleccionado nacional en plena competencia.
El marchista azuayo, que está entre los 30 mejores del ‘ranking’ mundial en 50 kilómetros y se considera clasificado a los Juegos Olímpicos del 2021, es hijo único de Julia Flores (de 58 años), quien se quedó sola cuando Claudio tenía 18 años. Su esposo, el español Paulino Villanueva, desapareció en el Parque Nacional El Cajas.
Villanueva integra el Plan de Alto Rendimiento de la Secretaría del Deporte. Él está convencido que no tendrá problemas para seguir impulsando el emprendimiento de su madre, porque no ha descuidado en ningún momento sus entrenamientos, incluso durante el cofinanciamiento. Desde la semana pasada ya salió a las calles a entrenarse.
El seleccionado nacional agradece a los cuencanos por apoyarlo en sus proyectos. En los últimos días ha recibido pedidos de la mayoría de sectores de Cuenca. “Es una gran ayudar para salir adelante en el deporte y con mi familia”.