La ensambladora de Great Wall en Ambato se apoya en la industria
autopartista de Tungurahua
Cuando la firma ambateña Ambacar adquirió la representación para Ecuador de la marca china Great Wall, en el 2010, sus directivos no imaginaron que esos vehículos iban a lograr una gran acogida en un plazo muy corto.
En su primer año de operaciones, Great Wall se convirtió en la marca china más vendida en el país. Para el 2011 superó las ventas de varias firmas tradicionales; en el 2012 entró al ‘top 10’ de las marcas más demandadas y para el 2014 escaló hasta el puesto 6.
La creciente aceptación de la marca llevó a los directivos de Ambacar, encabezados por el empresario Hernán Vásconez, a plantear a Great Wall la instalación de una planta ensambladora de sus vehículos en Ambato. Los automotores ahí producidos atenderían la demanda nacional y se exportarían a varios países de la región.
Con la venia del fabricante chino, en el 2012 se inició la construcción de la Ciudad del Auto (Ciauto), un gran parque industrial automotor, ubicado al norte de Ambato, que se concibió para albergar a la planta ensambladora de Great Wall y a sus proveedores de autopartes.
Cuando Ciauto abrió sus puertas, hace dos años, se convirtió en la cuarta ensambladora de vehículos del país y la primera de la provincia de Tungurahua.
Inició sus operaciones con un proceso de subensamblaje de los todoterreno H5 y las camionetas Wingle, pues en esos vehículos la carrocería llegaba semiarmada desde China. Aún así, en ambos modelos integraban hasta un 22% de componentes locales.
En los próximos meses Ciauto prevé arrancar con el ensamblaje integral del SUV compacto M4, en el que se integraría un 30% de contenido nacional. Para ello se invirtieron USD 10 millones en una línea de soldadura y en la construcción de una planta de pintura.
Pietro Pilo Pais, gerente de Ciauto, dice que una de las motivaciones para crear el parque industrial fue generar trabajo directo e indirecto en la provincia, y por ello el proyecto incluye a las pequeñas y medianas empresas autopartistas.
“Con los 8 000 empleos directos e indirectos que se generarían cuando el proyecto funcione en su totalidad, Tungurahua se convertiría en la provincia con la menor tasa de desempleo del país”, asegura.
No obstante, la andadura de Ciauto no ha estado exenta de complicaciones, como las derivadas de la última reducción de cupos a las importaciones.
Según Pilo Pais, la resolución 049 del Comité de Comercio Exterior (Comex) redujo la capacidad de producción de Ciauto en un 59% y la imposición de las salvaguardias elevó los aranceles del CKD a un promedio del 55%, que es más que el 40% que paga un vehículo que se importa armado, pese al encadenamiento productivo que genera la ensambladora.
Vásconez señala que desde sus inicios Ciauto enfrenta diferentes inconvenientes con instituciones públicas como el Ministerio de la Producción, la Aduana y el Comex, por la imposición de lo que él considera barreras artificiales.
Pilo Pais agrega que la resolución 065 del Comex, de junio del 2012, establecía que el arancel máximo para las ensambladoras locales era del 40% y que se aplicaría una reducción progresiva del mismo en función del contenido local que cada una incluyera. El organismo se puso un mes de plazo para diseñar el método de cálculo, pero hasta ahora no existe y por ello Ciauto no puede beneficiarse.
Pero a pesar de las dificultades, Vásconez y Pilo Pais aseguran que Ciauto continúa operando, aunque con su capacidad operativa subutilizada, en espera de que los temas pendientes se resuelvan para continuar generando trabajo y aportando al desarrollo de Tungurahua.
Ambos directivos dicen que insistirán en los cabildeos con el Gobierno, orientados a lograr condiciones equitativas para todas las ensambladoras. Si lo logran, podrán definir sus planes para el año en curso y proyectarse al 2016, año en el que esperan exportar las primeras unidades a Colombia.