Carlos Alfaro Moreno (izq.) y José Cevallos aparecen en la campaña para las elecciones, en octubre del 2015. Foto: Archivo EL COMERCIO
Los conversatorios de José Francisco Cevallos y de Carlos Alfaro Moreno con los socios de Barcelona SC tienen una coincidencia: la primera pregunta de los asistentes siempre apuntaba al déficit del equipo y a su manejo económico.
Ambos candidatos para la presidencia del club debían explicar sus estrategias financieras, por lo menos dos veces en cada reunión. Las elecciones debieron llevarse a cabo el sábado, pero se suspendieron por el estado de excepción decretado por la Presidencia de la República.
Cevallos apunta al pago de sus acreedores, mediante el flujo de ingresos que percibe el club, que en los últimos cuatro años promedió los USD 20 millones, mientras que Alfaro le apuesta al financiamiento de la banca, con la titularización de la deuda y un crédito a ocho años con intereses.
Barcelona se consolida como el club ecuatoriano de mayor recaudación anual, por concepto de derechos de televisión, taquillas, auspicios, aporte de socios… Según los datos publicados en las asambleas, en los últimos cuatro años recaudó USD 96,6 millones.
Según Eberhard Graetzer, socio vitalicio y exdirigente de Barcelona, las malas decisiones de los principales del club son las causantes de la crisis. Según él, la falta de planificación y el descontrol económico fue una constante en las administraciones toreras.
“Bien se pudieron eliminar todos los pasivos, tener déficit cero y una situación económica solvente al término de esta administración; cosa que no es así, por el despilfarro, alianzas estratégicas nefastas, política y malas contrataciones de jugadores por parte del binomio Cevallos-Alfaro”, dijo el socio.
Cevallos, actual presidente, reconoce el mal manejo del club en los periodos que lo antecedieron. Cuenta que cuando asumió, en octubre del 2015, se encontró con 180 juicios interpuestos contra el equipo por parte de extrabajadores, exjugadores…
“Cuando llegamos nos encontramos con una deuda de USD 36 millones, no nos quejamos, la hemos asumido. Lo que sí hemos señalado es que no la generamos nosotros, hemos pagado obligaciones del periodo de los señores Noboa y del señor Maruri”, dijo.
Pese a sus declaraciones, la administración de Cevallos también generó deudas. Entre las principales está el USD 1 millón que adeudan a Ariel Nahuelpán y los USD 500 000 que deben cancelar a Pachuca, de México, por el pase de Marcos Caicedo.
A eso se suman las obligaciones que mantienen con Gabriel Marques, con el ex DT Guillermo Almada, con club Galácticos de Manabí… de las cuales la directiva no ha hecho públicas las cifras oficiales.
De los USD 36 millones iniciales, Cevallos dijo haber pagado USD 22 millones. Sin embargo, la deuda actual asciende a USD 29,5 millones, cifra que genera cuestionamientos entre los socios, que desaprobaron el informe financiero de la gestión del 2018.
A decir de Graetzer, ambos candidatos presidenciales tienen responsabilidad en el nivel de endeudamiento. Cuestionó el convenio que firmaron por la cesión de las Academias Alfaro Moreno, a cambio de un espacio publicitario en la camiseta del equipo.
El socio se adhiere a una postura de voto nulo para las presentes elecciones, debido a que considera que ambos candidatos violaron los estatutos cuando se firmó el convenio. La nueva fecha para los comicios aún no se ha oficializado.
Julio Díaz es el actual vicepresidente administrativo, pero su oposición a Cevallos es pública. Según él, la gestión en el club se “desvió”, debido a intereses particulares de los miembros del Directorio.
“En la etapa inicial logramos cambios importantes y aún teníamos todos el mismo fin, de ahí algunos perdieron el norte y el club no fue su prioridad”, mencionó el actual directivo, que no forma parte de ninguna de las dos listas postulantes.