Diego Morales(c) escapa de los defensas rivales. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Aucas y Liga de Quito igualaron 1-1 en el regreso del Súper clásico quiteño, tras ocho temporadas de sequía. El resultado, a esta altura del año, resulta inexpresivo. Es la segunda fecha y poco se encuentra en juego este momento.
Sin embargo, por razones que están por encima de las estadísticas, este partido cayó en el momento oportuno, en pleno inicio de temporada.
La novedad de que ambos tradicionales equipos jueguen en la alborada del campeonato, colaboró para que Quito viva un ambiente agradable, que seguramente ayudará a levantar la expectativa del público.
La casa llena en el estadio de Chillogallo fue producto de la expectativa generada durante la semana previa. La directiva de Aucas, con olfato, decidió crear un clima favorable y sacó provecho, pues vendieron todos los boletos. Y eso que futbolísticamente ninguno de los dos conjuntos (y mucho menos el dueño de casa) todavía está en condiciones de ofrecer un espectáculo llamativo.
El Súper Clásico se posiciona nuevamente y cuesta creer que el Liga – El Nacional, pese a que se juega todos los años, no lo haya desplazado dentro de la historia y tradición del fútbol capitalino. Mucho menos el Liga – Quito, un encuentro sin ningún requisito para ser nominado como el ‘derby’ de la capital, salvo la insistencia algo vacía de argumentos de algunos medios por venderlo como tal.
En un año que se visualiza abismal para el fútbol ecuatoriano, vale la pena tener focos de atracción.