Estos sistemas permiten ocupar el agua tratada en inodoros, limpieza y mantenimiento. Foto referencial del edificio Tesla en el que funcionan sistemas de tratamiento de aguas grises. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Reutilizar las aguas grises para generar un ahorro de agua potable es uno de los objetivos de los edificios modernos y sustentables.
Las aguas grises son las que provienen de la limpieza de utensilios, lavadora, duchas y lavabos, excepto aquellas que salen del inodoro. Tienen una carga contaminante inferior frente a las aguas negras y por eso su tratamiento es más simple y frecuente en el país.
Para el caso de edificios se suelen utilizar equipos de recolección y tratamiento instalados de forma centralizada y ubicados en subsuelos. Esos, a través de diferentes procesos, agrupan las aguas grises, luego se tratan y se bombean a los puntos de consumo autorizados, ya sea para cisternas de inodoros o para el riego de jardines.
Nelson Madruñero, gerente de proyectos de la constructora Alpha Builders, indica que por lo general hay tres procesos para reutilizar el agua en los edificios. Uno consiste en colocar bandejas de vegetación con sustratos para recolectar las aguas lluvias y luego trasladarlas a cisternas.
En otro proceso las aguas grises van hasta un procesamiento con varios filtros que retiran todos los sedimentos y grasas. Luego de eso se vuelve a tratarla para lograr que el líquido sea transparente y se lo reutiliza en los inodoros.
Con la tercera alternativa estas aguas grises se filtran, pero se van hacia el alcantarillado con el propósito de reducir la cantidad de agua contaminada.
La arquitecta Mariana Valdivieso, especialista en arquitectura sostenible y medioambiente de U & S, explica que entre los sistemas más utilizados está el de tratamiento de aguas jabonosas mediante un proceso multicámara.
Este sistema se ha aplicado en algunos edificios residenciales de la capital.
Con este proceso el agua que proviene del uso diario de la casa llega a una primera cámara denominada de floculación en la que se incorpora sustancias coagulantes como el sulfato de aluminio para separar los elementos coloidales del agua.
A través de cámaras de tratamiento y filtros generan agua útil para inodoros.
Tras este proceso el líquido pasa a una cámara de sedimentación y luego a una etapa de filtración por bombeo. Finalmente, pasa a una cámara de zeolitas. Aquí hay un filtro final con un sistema de purificación u ozonificación para desinfectar el agua y eliminar olores.
Luego de este proceso el agua está lista para ser reutilizada, en su gran mayoría, en inodoros. Otro pequeño porcentaje se utiliza para la limpieza y mantenimiento de los espacios comunales de las construcciones.
La especialista sostiene que estas plantas de tratamiento se pueden aplicar a cualquier tipo de construcción, todo dependerá del tamaño y número de habitantes. Para instalar estos sistemas hay procesos de planificación desde el diseño arquitectónico, pues se considera un espacio específico que se ubica en los subsuelos y este debe contar con todos los requerimientos.
Otra forma de reutilizar el líquido vital es a través de recolectores de agua lluvia, a la cual se le incorporan los nutrientes respectivos para el riego de jardines. Por ejemplo, se hacen estudios de la salinidad, acidez y otros componentes químicos que tiene para aplicar según el tipo de vegetación.
Ambos especialistas coinciden en que estos sistemas permiten eficiencia en los edificios, pero también tienen beneficios para la conservación del ambiente y para los usuarios, porque al reducir el consumo de agua potable se evidencia un ahorro económico significativo en cada mes.