Visitando el centro del país, lo positivo fue la calidez de nuestra gente y los imponentes paisajes pero también pude percibir lo negativo que explica por qué hay accidentes de tránsito y por qué, lo poco o mucho de bueno anterior se pierde por corrupción. Por un lado, no existió ningún control y disciplina para los buses, los que dejan a los pasajeros fuera de las estaciones y llenan de pasajeros en la vía, para luego emprender grandes velocidades. Estuve en una ruta de los trenes de hielo y percibí la completa subutilización hacia el turismo extranjero, solo se promociona el tren crucero. Conversé con la gente de las estaciones y me sorprendí al conocer que en algunas, se ha eliminado ya, la venta de comida y artesanías de las comunidades locales.