Su medio ha publicado en otras ocasiones las malas experiencias que he tenido. Ahora, les escribo porque he encontrado, en el lapso de un mes, problemas con dos entidades bancarias. En la una, la falla del sistema interno del banco impidió que pueda realizar transacciones en línea durante 12 días. Con tantos intentos, mi tarjeta electrónica se bloqueó. Tengo que ir en persona a solicitar otra tarjeta, usando el escaso tiempo que dispongo, por causas ajenas al usuario.
En la otra mala experiencia, con otra institución, un consumo de la tarjeta de crédito, fue cargado tres veces. El error comprobado era del banco local y de su tarjeta. Cuando llamé a servicios al cliente, primero me pidieron que pague la totalidad de la cuenta equivocada y que me arreglarían la situación en 40 días. ¡Qué descaro!, usar mi plata para luego arreglar el problema. Resumen, cuatro visitas al emisor de la tarjeta. Pérdida de tiempo, malos ratos y mala experiencia.
¡Qué maltrato al usuario! Se supone que uno paga por servicios, en mi caso, me doy cuenta que pago para recibir problemas. Tal vez, me conviene pagar el servicio para que me hagan un limpia…