He tenido la “suerte”, por así decirlo, de asistir a tres diferentes sitios en los cuales las personas que trabajan no conocen el concepto de Servicio al Cliente, el primer lugar fue un banco, el segundo un supermercado y el tercero un cine.
¿No se supone que el cliente tiene la razón, o que el cliente es quien da de comer? Al menos así siempre lo he pensado; pero qué desagrado da ir a un sitio en el cual uno saluda, y la dependiente te ignora, o te atienden como si te hicieran un favor. Si uno paga un servicio lo menos que espera es que la persona sea cortés y te atienda con diligencia. Será acaso por eso que en muchos establecimientos prefieren contratar a personas de otros países, porque ellos sí saben atender a los clientes. Si queremos jactarnos de ser buenos ecuatorianos, y que valoramos el producto nacional, empecemos por nuestro cliente interno, no nos cuesta nada capacitar a nuestros empleados en Servicio al Cliente. En cualquier negocio donde atienden bien al cliente este regresa y corre la voz a sus conocidos.