En nuestro país sería muy saludable el conocer los antecedentes de las personas que se nombran para posiciones relevantes: Ministros, Secretarios, Gerentes de Empresas Públicas, Directores de Agencias de Regulación, etc.
Esta es una costumbre que nunca se ha practicado, y lamentablemente resulta en sorpresas muy desagradables. Por ejemplo, sin adelantarme a juzgar nada, la Sra. Ocles sale de la Secretaría (o Servicio?) de Gestión de Riesgos, muy penosamente: ¿qué experiencia tenía? ¿Qué conocimientos tenía? Nadie lo sabe, probablemente muchos, pero nunca se hizo conocer a la población.
¿Quién conoce los méritos del remplazo de la Sra. Ocles? Un señor Zambrano de quien lo único que se ha visto son fotos al lado de correístas: es esto mérito suficiente?
El Corán dice: Cuando un gobernante nombra para un puesto público a alguien, a pesar de haber otro más calificado, peca contra Dios y contra la patria