Los sucesos de octubre de 2019, y los del 12 de octubre de 2020, son una auténtica demostración de salvajismo.
No entiendo cómo hay quienes reivindican estos actos como demostración de una ideología, de una verdadera protesta, o como una manifestación de conciencia social, o, por otro lado, como si fuera un derecho por sentirse oprimidos durante quinientos años. He escuchado aún a profesores universitarios justificar estos actos vandálicos, ¡inconcebible!
Si consideran esos actos como manifestación ideológica, entonces no entienden lo que es ideología, basta con escuchar que son dogmáticos del pensamiento mariateguista, demostración palpable de no analizar lo que se lee, de no ubicar sus lecturas en el contexto histórico y social, como muchos otros pseudoizquierdistas, que cambian membretes para llamarse de manera más moderna: ¡socialismo del siglo XXI!
Si lo consideran protesta, entonces sus mentes están en la etapa primaria del desarrollo: donde las reacciones son viscerales y la mente no ejerce control sobre sus expresiones o manifestaciones.