Según el discurso del Ec. Correa, parecería que se hará un gran ajuste del gasto burocrático. Pero es una falacia. No se trata tanto de suprimir instituciones ni de su número, sino del gasto total. No creo, por ejemplo, que la Secretaría del Buen Vivir, creada para ubicar a su amigo Freddy Ehlers, pese a su nombre rimbombante, represente un gasto muy alto en personal.
El gasto mayor se da en entidades existentes hace mucho. En Petroamazonas, por ejemplo, había 700 empleados al momento de su estatización en 1993. En 2013, había 7 700, esto es, 11 veces más. Es cierto que absorbió a empleados de otras empresas como Oxy, al caducarse sus contratos, y a cientos de extercerizados de contratistas de servicios petroleros, hoy extintas.
Los sueldos promedios en ese período también aumentaron al triple; con lo cual no es exagerado estimar que el gasto en personal en esa EP se multiplicó 30 veces en 20 años. En los dos ultimos años se redujo el 10% en sueldos, y se separó a 1 100 servidores, 14% en número y 20% en volumen de remuneraciones. Aun así, insuficiente para la actual situación financiera.
¿Cuál será el comportamiento en el IESS, en el BNF (actual Banecuador), en las superintendencias, en ministerios grandes como Agricultura y Defensa, en la Policía Nacional, en cientos de GAD que estuvieron y están bajo control del partido de Gobierno, etc.?