Seguramente, es la misma pregunta que pasa por la mente de todos a los que les importa de verdad el porvenir del lugar donde viven. No quiero desconocer que la reelección es una oportunidad para dar continuidad a procesos importantes, pero que hayan sido valiosos para el desarrollo del territorio donde se efectúan los mismos.
Para quienes se postularon con el fin de alcanzar un segundo período y si no cumplieron, al menos su plan de trabajo, por decencia, no debieron hacerlo.
Por respeto a los electores, debieron irse a su casa. Denota una clara ambición de poder, más no de servicio. Será entonces que una administración no fue suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su “círculo”, que son los únicos que alientan las fantasías de “respaldo popular”, pero al salir a la esquina de su despacho, el descontento de sus mandantes es incuestionable.