San Rafael, una parroquia del cantón Rumiñahui, es ahora un pueblo bombardeado, no hay una sola calle en buen estado, la av. General Enríquez que es la que conduce a Sangolquí, se encuentra llena de baches y ya casi no hay pavimento, las transversales abiertas en tres y cuatro partes en los cortos trayectos, el adoquinado levantado en su mayor parte, en fin ya no se sabe por dónde conducir. Se dijo que el Municipio iniciaría el alcantarillado, dado que nunca existió, pero no pasa de ser más que un rumor y lo peor de todo es que no hay con quién hablar, porque las autoridades municipales jamás dan respuesta a las comunicaciones. Supongo que habrá que poner una queja a la Defensoría del Pueblo, la única institución que se duele por los desvalidos.