El ultimo Informe a la Nación del presidente Correa reflejó esa dualidad que le caracteriza. A momentos hablaba el Presidente con su lenguaje atrabiliario; luego, el candidato hacía un proselitismo desembozado. Como si esto fuera poco, la mayor parte del tiempo hablaban los dos simultáneamente. Por ejemplo, el candidato fustigó al CNE, amenazándole con el arma favorita del Presidente, el juicio penal. Haciendo gala de su supuesta erudición pedagógica, el Presidente nos explicó la diferencia entre cifras absolutas y relativas de las firmas válidas y por validar, del partido del candidato, Alianza País (AP). Al aplicar tan sabias enseñanzas, nos llevamos una sorpresa, ¡AP también ha tenido firmas no válidas! Numerosas, en términos absolutos (
19 177), en términos relativos equivalen a un nada despreciable 17%. Eso no nos dijo el Presidente, peor el candidato. Mayor fue nuestra sorpresa al comparar el porcentaje de firmas válidas de cada partido político registrado. Resulta que AP obtuvo 72,31% (IC-95%, 72,04 – 72,58) de firmas válidas, en tanto que las del Partido Social Cristiano (PSC) correspondieron a 72,60% (IC-95%, 71,95 – 73,25). La superposición de los respectivos intervalos de confianza nos permite concluir, con el 95% de confianza, que no hay una diferencia estadísticamente significativa entre la nueva y la vieja partidocracia.