Con motivo del fallecimiento de mi padre tuve la fea experiencia de lidiar con estos trámites molestos y dolorosos. Al solicitar las respectivas facturas de gastos funerarios, necesarios para que el IESS reconozca el fondo mortuorio de jubilación, se me concedió tan sólo una factura por los gastos finales de traslado y velación por un valor de alrededor de USD 500, aduciendo que las facturas mensuales, que al no haberlas yo retirado las tenÃan archivadas, ya fueron declaradas al SRI y no podÃan emitir otra por el costo total del prepago que llegó a USD 1 200. Mi malestar se debe a que estas “empresas de negocio” deben poner en conocimiento de sus clientes que la facturación prepago no es reconocida por el Seguro Social, o en su defecto instaurar algún sistema que permita emitir una factura global al momento del deceso a fin de que los beneficiarios de mortuoria del seguro social obtengan lo que les corresponde, cual es la suma de alrededor de 1 200 que al parecer entrega el IESS.
Me he permitido contar esta experiencia para que se conozca que no todo lo que se nos vende como beneficios a la firma de un contrato -en este caso un prepago exequial- es real.