Todos los actos programados por los medios de comunicación con los candidatos a la Presidencia han sido una forma democrática de que cada uno se dé a conocer ante la ciudadanía, sobre todo los que recién están participando en política, pero después de ello aparecen mayores inquietudes porque los problemas de fondo siguen sin respuesta, hasta el momento. Veamos algunos ejemplos sobre los cuales nada se ha planteado:
Los ciudadanos piden más inversiones en educación y principalmente en salud, pero nadie quiere que el país siga endeudándose, ni que se creen nuevos tributos.
Las empresas necesitan que se incremente la demanda, pero ninguna quiere que para ello se aumenten salarios y, si es posible, que mejor se los disminuya por competitividad.Los exportadores quieren gozar de incentivos permanentes e importar maquinaria y materia prima con exoneración, pese a que todo eso afecta los ingresos del fisco. Los GADS quieren más recursos, pero que nadie califique la prioridad de sus egresos, ni la falta de recaudación de impuestos, tasas y contribuciones.
Todos creen que los fondos entregados a las juntas parroquiales deberían canalizarse a través de los municipios respectivos, para disminuir la burocracia en la que han caído.
Siempre los trabajadores presionan por más beneficios y derechos, pero los contratos colectivos solo establecen obligaciones del empleador y ninguna para el obrero.
Los interesados quieren que el Estado autorice la explotación de petróleo y minerales para atender las necesidades represadas, sin que importe el deterioro del medio ambiente.
Los inversionistas quieren que los bancos disminuyan las tasas de interés que cobran y aumenten las que pagan, pero no presionan para facilitar el ingreso de la banca extranjera.